Los secretos jamás revelados del mausoleo de San Martín: masonería, dudas con el féretro y el rol de la Iglesia

Desde 1880 el Libertador de América descansa en la Catedral de Buenos Aires. Cómo se gestó el regreso de los restos y el recelo del clero católico para aceptar que reposen allí.
Mausoleo de San Martín en la Catedral
Mausoleo de San Martín en la Catedral

Uno de los mausoleos más visitados en Buenos Aires es el de José Francisco de San Martín -el padre de la Patria- quien falleció el 17 de agosto de 1850 en Boulogne-sur-Mer, Francia. Debieron pasar 30 años para que sus restos descansen en Argentina en una gestión iniciada por el entonces presidente, Nicolás Avellaneda. Desde entonces, aquel lugar se volvió uno de culto y envuelto en misterios.

Un deseo que se hizo esperar

El Libertador de América manifestó en vida su deseo de que su cuerpo descanse en Buenos Aires, lo dijo en 1844 en su testamento: “Prohíbo el que se me haga ningún género de Funeral, y desde el lugar en que falleciera se me conducirá, directamente, al Cementerio sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, el que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires”.

Mausoleo de San Martín en la Catedral
Mausoleo de San Martín en la Catedral

Los trámites no fueron sencillos y se tardó algunos años en recolectar el dinero necesario para cubrir todos los gastos. Fue el mismísimo presidente de la Nación, Avellaneda, quien instó a los ciudadanos con un efervescente discurso para que aporten su donación. La fecha elegida fue nada más y nada menos que el aniversario de la batalla de Maipú, el 5 de abril de 1877. El combate en cuestión fue librado en 1818 y fue determinante en la independencia de Chile. Avellaneda manifestó ese día: “Las cenizas del primero de los argentinos, según el juicio universal,no deben permanecer por más tiempo fuera de la patria[...]. Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir."

El discurso fue un éxito, se reunió el dinero necesario y con ello se llevó a cabo la construcción del mausoleo y se usó para los gastos del viaje. El 11 de abril de 1877 se firmó el decreto para la creación de una Comisión encargada de la repatriación de los restos, la misma estuvo a cargo de Mariano Acosta, quien era vicepresidente de la Nación.

El 25 de febrero de 1878, centenario del natalicio del General San Martín, se colocó la piedra fundamental en la Catedral.

Retrato de San Martín de adulto mayor
Retrato de San Martín de adulto mayor

No puede, es masón

Pero la polémica no tardó en aparecer, ya que el clero se opuso en un primer momento a que el mausoleo sea construido en una iglesia debido a que San Martín, siendo masón, “no podía ser alojado en un lugar consagrado”.

La explicación oficial de la disputa entre masones con los católicos surge con la expulsión de los jesuitas del Río de la Plata, en 1767, pero a pesar de las diferencias lograron llegar a un acuerdo. La versión más fuerte es que la comisión ofreció sumar un presupuesto extra para realizar trabajos de restauración en el templo, algo que los miembros eclesiásticos aceptaron encantados y finalmente el mausoleo se construyó al lado de la Catedral, en un terreno que emplazaba el cementerio que cada iglesia de este tipo contenía.

Los restos del general llegaron el 28 de mayo de 1880 a bordo del Transporte ARA Villarino. A su arribo, una carroza tirada por seis percherones negros llevó el ataúd cubierto por la bandera del Ejército de los Andes, dos coronas con palmas de Yapeyú -lugar de su nacimiento- y otra con gajos de pino de San Lorenzo. La carroza recorrió desde Retiro hasta la Catedral.

Caricatura de El Mosquito sobre la repatriación de los restos de San Martín
Caricatura de El Mosquito sobre la repatriación de los restos de San Martín

La Capilla Nuestra Señora de la Paz

Donde actualmente descansan sus restos, está ubicada en la nave derecha del templo y posee un piso de mosaicos con pequeñas estelas que dibujan espinas, clavos y otros motivos de la Pasión que se extienden por toda la Catedral. El monumento que contiene al Libertador está hecho en mármol rosado y la base compuesta del mismo material color rojo francia. Por su parte, la lápida, también de mármol, es de rojo imperial y el sarcófago negro belga.

Mausoleo de San Martín en la Catedral
Mausoleo de San Martín en la Catedral

Uno de los mitos más comentados al respecto del mausoleo es la ubicación del cajón, se dice que la cabeza del mismo se colocó inclinada como símbolo de la predestinación al infierno con la que cargan aquellos de condición masón.

Lo cierto es que sí está colocado inclinado, pero debido a que San Martín fue colocado en un triple féretro: uno de plomo, otro de roble y el otro de abeto y como consecuencia hizo que el sarcófago donde fue puesto quedara chico.

Mausoleo de San Martín en la Catedral
Mausoleo de San Martín en la Catedral

Son incontables las historias que han surgido en torno a San Martín, algunas con un tono fantasioso, lo cierto es que a más de 120 años de su muerte aún siguen vigente las distintas versiones sobre cómo se gestó la llegada de sus restos y la trabajosa negociación para que finalmente lograra su eterno descanso en el lugar que mejor simbolizara el agradecimiento del pueblo a su héroe.