Impacto por la carta donde San Martín habla de las Islas Malvinas: por qué es un documento clave para la soberanía argentina
El Libertador de América tenía muy en claro que se trataba de territorio que le pertenecía a la entonces Provincias Unidas del Río de la Plata.

El 2 de abril de 1982 dio inicio la Guerra de Malvinas, conflicto que enfrentó a Reino Unido con Argentina por la soberanía de las islas. Lo cierto es que el origen de su descubrimiento forma parte de un relato que se ha intentado callar. Incluso no fue hasta tiempos recientes que se viralizó un material más que importante para el reclamo argentino: una carta de José de San Martín.
Los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas tuvieron en cuenta a las Malvinas, a las que consideraron parte integrante de su territorio, heredado de España por sucesión de Estados, según el uti possidetis juris de 1810. Esto es la que las vuelve argentinas, un reclamo justo y soberano que Reino Unido quiere tapar.
San Martín sabía de las Malvinas
Sucede que 40 días después de declarar la Independencia, el 9 de Julio de 1816, el Libertador envió una carta al ministro de Guerra del país en la que hace mención a las Islas. Una muestra inobjetable del conocimiento del territorio que la Nación recibió, un documento que se suma a la serie de antecedentes históricos, geográficos y políticos que respaldan el reclamo de soberanía argentina.

El documento tuvo con destinatario al coronel Antonio Beruti y con fecha del 14 de agosto de 1816 desde Mendoza. En ella había un pedido: “Disponga que todos los de alta clase que se hallen presos en esa jurisdicción de su mando sentenciados a los presidios de Patagones, Malvinas u otros sean remitidos a esta capital con copias de sus respectivas condenas y a la mayor seguridad posible comprendiendo también en ellos a los desertores contumaces en este delito".
¿Qué buscaba con esto? Reunir a la mayor cantidad posible de soldados para integrar el Ejército de Los Andes, ya que en cinco meses más comenzaría la epopeya del cruce de la segunda mayor cordillera del planeta para así liberar a Chile y al Perú del imperio español.
Con esto, el Ejército de Los Andes sumó alrededor de 4.500 hombres en el momento del lanzamiento de la campaña militar, que incluían chilenos, argentinos, negros y esclavos que asó lograban su plena libertad.

¿Por qué la carta estuvo desaparecida?
Primero fue comprada por el gremio de los diplomáticos argentinos en 1988 en una subasta en Londres, Inglaterra y luego donada a la Cancillería. El original sigue en poder del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
En el documento menciona el interés por los condenados en Malvinas “con el objeto de hacer útiles al Estado estos individuos... retrayéndolos de sus pasados extravíos, (y) los conduzcan por las sendas de la probidad y honor con provecho de la causa pública”.

El primer hombre en izar la bandera argentina en Malvinas
En agosto de 1819, Patricio Lynch consiguió una patente para realizar una expedición hacia las Islas Malvinas. Lo hizo por medio de su fragata “Heroína”, donde brillaba la figura de su comandante Jewett, un marino estadounidense que había adquirido el título de Teniente Coronel. Para enero de 1820 el barco zarpó desde Buenos Aires con el objetivo de tomar posesión de las inmensas islas en nombre del Gobierno Nacional.
El viaje fue una pesadilla: Jewett sufrió la pérdida de varios miembros de la tripulación, integrado por veteranos, voluntarios y expresidiarios. Muchos murieron como consecuencia del mal estado del agua. El 27 de octubre, y tras casi diez meses de viaje, aquellos que lograron sobrevivir llegaron a las islas.

Al arribar, Jewett se encontró con casi 50 cazadores británicos y estadounidenses que capturaban grandes cantidades de focas, ballenas, lobos marinos y otros animales marítimos. El lunes 6 de noviembre llevó a cabo una ceremonia para izar la bandera argentina en las Islas Malvinas.
Por medio de un mástil, flameó en lo más alto mientras los tambores sonaban y un grupo de hombres marchaba a modo de desfile. El comandante leyó unas palabras y la fragata “Heroína” lanzó 21 cañonazos. Continuó realizando campañas hasta ser relevado por Guillermo Mason. Falleció en Río de Janeiro el 26 de julio de 1842.


















