Mariquita Sánchez de Thompson, la mujer del himno cuyo primer amor terminó en locura

Mariquita en sus últimos años.

María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez Velasco y Trillo (respira) o simplemente Mariquita, fue la primera mujer que pasó a la historia argentina porque, según cuenta la leyenda porteña, en el piano de su casa sonó por primera vez el himno nacional. Pero esta mujer fue mucho más que una anécdota patria que llegó a nuestros días. La historia de amor con su primer esposo, es capítulo aparte.

El romance de Mariquita y Martín Thompson duró 15 años y comenzó desafiando a los propios padres de ella, terminándose con un fatal desenlace de locura en las calles norteamericanas de 1817.

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¿Quién fue la "mujer del himno"?

Mariquita nació el 1 de noviembre de 1786 y para sus 14 años, sus papás Cecilio y Magdalena le habían elegido al candidato "ideal": el español Diego del Arco. Ella se negó, su corazón ya tenía dueño y era su primo segundo Martín Jacobo Thompson a quien sus padres consideraban "indigno" por no pertenecer a su misma clase social.

Su papá intentó por cualquier vía para que ella lo olvide, incluso logró que el virrey Joaquín del Pino lo traslade a la ciudad de Montevideo y luego a Cádiz para trabajar en el puerto. Mariquita seguía negada y recluida en la Santa Casa de Ejercicios Espirituales. Los años pasaron, su padre murió en 1802 y doña Magdalena estaba decidida a que se cumpla la voluntad de su difunto esposo.

Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Avenida Independencia y Salta. Foto: Wikipedia.

En 1804 Martín regresó al Río de la Plata, más precisamente a Montevideo, para poner en orden la herencia familiar. Los tórtolos se cansaron de estar a escondidas y él recurrió a la Justicia utilizando la “Pragmática Sanción para evitar el abuso de contraer matrimonios desiguales” que se aplicaba cuando el padre no quería que su hija se case al ver la unión como "desigual".

Martin Thompson.

El hombre llevó a su ¿futura? suegra a juicio, ella afirmaba que se oponía al casamiento porque veía a Thompson como un cazafortunas. Del Pino, quien debía decidir, fue reemplazado por Rafael de Sobremonte y el 20 de julio de 1804 falló a favor del Romeo versión Virreinato.

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Matrimonio feliz, pero corto

Los enamorados se casaron en 1805 y tuvieron cinco hijos entre 1807 y 1815: Clementina, Juan, Magdalena, Florencia, y Albina. Fue durante esa época que Mariquita se encargaba de organizar tertulias en su casa, en una de ellas se dice que sonó el himno por primera vez, y se consolidó como una de las "damas patricias" más importantes de la época.

Su matrimonio fue feliz, pero nada dura para siempre. En 1815 su esposo fue enviado a una misión diplomática a Estados Unidos para dar a conocer la causa independentista del Río de La Plata y conseguir dinero. Pero su visita a esas tierras fue un desastre y el director supremo Juan Martín de Pueyrredón lo echó dos años después.

Mariquita interpretando el himno, óleo de Pedro Subercasseaux (1909).

Thompson estaba enfermo, perdió la razón y cuentan que por las calles de Washington y Nueva York gritaba y decía cosas sin sentido a quienes pasaban. Terminó internado en un lugar para enfermos mentales y Mariquita, enterada de su situación, le envió dinero para que regrese en un barco donde recibió un pésimo trato.

No se sabe el día exacto, pero murió en altamar. Su cuerpo fue arrojado al agua el 23 de octubre de 1819 y recién meses después se sabría de su trágico desenlace.

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Las segundas partes nunca son buenas

Las condiciones de la mujer para época, incluso para una Mariquita, no le permitieron estar mucho tiempo más soltera y se casó con un francés: Jean-Baptiste Washington de Mendeville con quien tuvo tres hijos. No fueron felices, él la usó para conseguirse un cargo diplomático y sus ausencias eran cada vez más prolongadas por lo que se separaron para 1837.

Mariquita retratada en su juventud.

Su vida pública continúo durante varios años más, fue la fundadora de la Sociedad de Beneficiencia y se encargó de llevarla adelante hasta su muerte el 23 de octubre de 1868 a los 83 años.

Cuando Mariquita tenía 18 años le envió una carta al virrey Sobremonte para explicarle por qué debía permitir su casamiento con Thompson: “Me es preciso defender mis derechos: casarme con mi primo, porque mi amor, mi salvación y mi reputación así lo desean y exigen. Nuestra causa es demasiado justa". Vivió como quiso.

Por Yasmin Ali

*Tw: @Yas_Friends