Un importante miembro de la OTAN preocupa a Donald Trump: le compra petróleo y gas a Rusia pese a ser aliado de Estados Unidos

Un país de la Unión Europea toma decisiones polémicas que podrían tener consecuencias graves para su relación con Washington.
Rusia le vende petróleo a Hungría.
Rusia le vende petróleo a Hungría. Foto: REUTERS

El primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, es motivo de preocupación para Estados Unidos. Además de oponerse fervientemente a que Ucrania ingrese en la Unión Europea, comenzó a comprar gas y petróleo a Rusia. Esto podría escalar las tensiones globales.

“La integración (de Ucrania) no se hará realidad”, afirmó Orbán, subrayando que no se podrá ignorar la negativa de su Gobierno, el principal aliado de Rusia dentro de la Unión Europea.

Viktor Orban, primer ministro de Hungría. Foto: EFE.
Viktor Orban, primer ministro de Hungría. Foto: EFE.

Hungría, un miembro crucial de la OTAN y de la Unión Europea, dio un paso polémico al invertir más de 15 millones de euros en la compra de gas y petróleo provenientes de Rusia.

Este movimiento no solo representa un desafío a las sanciones impuestas a Moscú, sino que también incrementa indirectamente la capacidad militar de Rusia, al fortalecer sus finanzas. Esta compra, que parece contradecir las posturas occidentales, desató una serie de críticas desde Occidente, particularmente desde Estados Unidos.

El país norteamericano mantiene una relación tensa con Hungría, siendo un claro ejemplo de ello lo que ocurrió en 2023, cuando el Senado de Estados Unidos bloqueó la venta de 24 lanzadores HIMARS a Hungría, un contrato de 735 millones de dólares. Esta medida subraya cómo la nación más poderosa del mundo está dispuesta a sancionar a los miembros de la OTAN cuando percibe señales de un desvío estratégico.

Hungría, un aliado de Rusia dentro de la Unión Europea

Siempre polémico, Viktor Orbán recordó que un 95% de los húngaros que participaron en una reciente consulta rechazaron la integración de Ucrania en la Unión Europea. En esa consulta no vinculante sólo participó el 25 % de los húngaros con derecho a voto.

El primer ministro argumentó que la adhesión de Ucrania arruinaría la economía comunitaria y que con la integración del país vecino, “la UE importaría la guerra”.

El Gobierno de Orbán se niega a entregar armas y apoyo militar a Ucrania y critica el apoyo financiero a Kiev por parte de la Unión Europea, mientras que acusa a sus socios comunitarios de belicismo por apoyar al país vecino, atacado hace más de tres años por Rusia.