Donald Trump, ¿bajo “la teoría del loco”?: la estrategia que aplica para conflictos internacionales

El presidente de Estados Unidos se muestra muy activo geopolíticamente, por lo que ya intervino en distintos conflictos desde que comenzó su segundo mandato.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: REUTERS

Desde que asumió su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, Donald Trump sorprende con sus decisiones y amenazas. El mandatario busca avanzar con su plan de gobierno a gran velocidad e incluso interviene en conflictos internacionales, como ocurrió en la escalada entre Israel e Irán. Su gestión hizo que distintos analistas recuerden “la teoría del loco”, que tiene su origen durante la presidencia de Richard Nixon.

También conocida como “the madman theory”, se trata de una manera de ejercer la política exterior que busca generar respeto y concesiones por parte de los adversarios. Este método se desarrolla a través de una búsqueda de mostrarse como un líder volátil, que puede cambiar su opinión en poco tiempo e incluso ejecutar ordenes que cambien el panorama geopolítico.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters.

El origen de esto llegó durante la presidencia de Nixon, entre 1969 y 1974, más especialmente en la guerra de Vietnam. El objetivo es perfilar a un líder que no da pistas y que está dispuesto a cualquier cosa, más allá de que se traten de cosas extremas. En el marco de charlas y negociaciones, esta postura puede generar respeto en el rival.

Las bases de este discurso aparecen en el siglo XVI, en el Discurso sobre la primera década de Tito Livio, de Nicolás Maquiavelo. Este filósofo señalaba que “es muy sabio simular locura”. Ya en el siglo XX, se llevó adelante un estudio entre Daniel Ellsberg, analista de inteligencia, y el economista Thomas Schelling. La conclusión apuntaba que el resultado podía tener lógica, aunque no daba grandes beneficios a largo plazo.

Claro que esta teoría del loco debe cumplir dos cuestiones clave para hacerse realidad. La primera es que la amenaza debe ser creíble, por antecedentes o por capacidad. La segunda es que el receptor debe creer lo advertido.

Estudios más cercanos en el tiempo apuntan que no es de gran utilidad, ya que solo sirve para algunas líderes más extremistas, además de que no suelen obtener grandes beneficios. Muchas veces, esta postura puede llevar a enfriar negociaciones, ante la falta de interés por alimentar sus capacidades.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters/Eduardo Muñoz
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters/Eduardo Muñoz

Claro que Donald Trump no es el primer presidente al que se vincula con esta teoría, más allá de Richard Nixon. Todos coinciden en algo: la estrategia no funcionó a final de cuentas. Vladimir Putin fue catalogado dentro de esta idea cuando decidió invadir Ucrania, que desató la guerra que ya lleva casi tres años y medio.

Con respecto al líder republicano, considera que le otorga buenos resultados en su aplicación. Lo cierto es que su balance podría ser positivo en lo que refiere a los conflictos internacionales, con intervenciones exitosas en Medio Oriente, además de gestiones constantes en Ucrania.