Brasil y China afianzan su relación en medio de la tensión con Donald Trump con la construcción de un ferrocarril en la Amazonía

El Foro Empresarial Brasil-China, celebrado en mayo en Pekín y al que asistió el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, concretó inversiones por valor de 4.760 millones de dólares. Ante este contexto, el país presidido por Xi Jinping pretende hacerse fuerte en Latinoamérica con un ferrocarril de casi mil kilómetros en la Amazonía brasilera.
El Ferrogrão conectará Sinop, en el estado de Mato Grosso, con el puerto de Miritituba en Itaituba, en el estado de Pará. De este modo, se creará una ruta directa hacia la región del Arco Norte, considerada estratégica para la agroindustria brasileña.

El ferrocarril, cuya licitación para los trabajos de construcción se llevará a cabo en julio de 2026, debería reducir los costos de transporte de cereales como la soja y el maíz en más del 20%. De ser así, aumentaría la competitividad de los productores de Mato Grosso y aliviaría la presión sobre las infraestructuras viales.
La energía y las infraestructuras son los sectores de Brasil que más le interesan a China y la Amazonía juega un papel determinante. Esto se ve reflejado en el acuerdo firmado la semana pasada entre China y Brasil para la construcción de un Corredor Bioceánico, una ferrovía transoceánica para unir Brasil con Perú y conectar el Atlántico con el Pacífico, facilitando la exportación hacia Asia.
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Esta alianza llega en medio de las tensiones entre Donald Trump con Lula da Silva, quien “apelará a todas las esferas para que no haya aranceles” y que, si fuera necesario, va a “pelear en la Organización Mundial de Comercio y hablar con los compañeros de los BRICS”.
Pero, así como sostiene desde el pasado miércoles, aseguró que “si eso no tiene efecto, habrá reciprocidad. Si nos tasan aquí, tasaremos allá”.
Críticas en Brasil por el ferrocarril que construirá China en la Amazonía
En Brasil llama la atención que la estatal China Communications Construction Company (CCCC) mostró interés no solo por el Ferrogrão, sino también por otros ambiciosos proyectos ferroviarios como el Ferrocarril de Integración Oeste-Este y la Ferrovia Norte–Sul, además de uno de los principales puertos amazónicos, el de São Luís, la capital del estado de Maranhão.
Existe además el riesgo, como ya ocurrió con la construcción de la fábrica de automóviles BYD en el estado de Bahía, de que se utilice mano de obra traída de China en condiciones de trabajo esclavas.
Además, la Amazonía sigue siendo víctima de la deforestación. Entre 2001 y 2023 Brasil perdió más de 69 millones de hectáreas de cobertura forestal y, en la primera mitad de 2025, la deforestación en la Amazonía aumentó un 27% en comparación con el mismo período del año pasado.
El Corredor Bioceánico también afectaría al Cerrado brasileño, un ecosistema muy diverso que ya sufre de deforestación debido al aumento en la producción de soja, gran parte de la cual se exporta a China.