Foto NA.
Previsible aprobación de la ley que la da la posibilidad a los intendentes para poder presentarse a un nuevo período en 2023. Las negociaciones ya habían comenzado mucho antes de las elecciones primarias. Se exploraron diversas alternativas y se alcanzó el acuerdo posible a partir de un texto elaborado por un Senador de Juntos por el Cambio. Las tensiones internas en cada espacio político son la comidilla de estas horas, pero lo interesante es observar como se van ordenando los actores centrales de la política bonaerense, donde falta aún saber qué piensa el gobernador Axel Kicillof sobre el particular, algo de lo que ha rehusado a ser categórico públicamente, a diferencia de Sergio Massa o Maria Eugenia Vidal quienes encabezaron la postura contraria a lo que ellos entienden es una “nueva trampa”. Fue clave el rol del Jefe de Gabinete, Martín Insaurralde en las negociaciones quien logró una gesto para con sus pares jefes comunales.
La génesis de estos cambios en la ley hay que ir a buscarlos varios meses hacia atrás. Reuniones hasta altas horas de la madrugada en distritos del conurbano donde actores influyentes lograban reunir a dirigentes de uno y de otro lado. Algún día se revelará el nombre de quienes suelen tener tareas centrales pero son desconocidos para el gran público. Claves en poder juntar las partes. Algún encuentro sucedió en el oeste del Gran Buenos Aires. Otros en la zona sur. Pero fueron muchos. “Estamos de acuerdo, pero quién paga el costo político”, era la frase más escuchada en aquellas tertulias. Se pensó primero en la justicia. La respuesta fue contundente: “no nos pidan a nosotros que resolvamos lo que la política no puede”. Las idas y vueltas fueron permanentes.
Los intendentes peronistas vieron una oportunidad de destrabarlo cuando se impulsó a Máximo Kirchner para que asumiera el PJ bonaerense. Fue en marzo pasado con la ingeniería central de Martín Insaurralde en lograr aquel objetivo que pudo materializarse recién en diciembre. La oposición de Fernando Gray hizo lo suyo para demorar la consagración del jefe de La Cámpora y lo que aquella vez no se cobró en efectivo se fue diluyendo.
Finalmente, las elecciones primarias fueron una bisagra. El magro resultado en el conurbano bonaerense encendió todos las alarmas y Axel Kicillof tuvo que ceder al ingreso de intendentes experimentados para relanzar su gestión. Allí comenzó a tejerse, una vez más, la necesidad de reinterpretar la norma para que entre en vigencia desde el 2019 en adelante. Mientras tanto, muchos alcaldes se fueron amparando en el atajo que la misma María Eugenia Vidal les dio con la reglamentación recién en 2019. Pedir licencia antes de consumir la mitad de los mandatos para quedar habilitados a una nueva reelección. Comenzó el éxodo. A la Nación y a la Provincia.
En el oficialismo, fue Martín Insaurralde quien se encargó de tejer los acuerdos para lograr los dos tercios necesarios, sobre todo en diputados. En sus cercanías lo interpretan como un triunfo político que le permite afianzar los vínculos con sus pares intendentes pensando en la sucesión de Axel Kicillof. Y además, quedó claro que funcionó bien su entendimiento con Máximo Kirchner, ya que los diputados de La Cámpora acompañaron los cambios en la ley.
No fue el caso de los representantes del Frente Renovador de Sergio Massa. Nadie podrá aducir que el presidente de la Cámara de Diputados mantuvo siempre su postura de no cambiar la ley. Lo decía ante cada consulta que le realizaban en público y en privado. Decidió jugar fuerte y mantener su mirada, aún a costa de la molestia que podrían mostrar ciertos jefes comunales. Pero sí quedó claro que su espacio no tiene fisuras. Tanto los diputados como lo senadores que le responden rechazaron la ley de la reelección.
De hecho, uno de los argumentos que sostienen en el massismo es que “la nueva trampa radica en que el artículo 4° plantea la misma retroactividad que están discutiendo hoy, y por medio de la cual pretenden extender dos mandatos más para los intendentes, beneficiando más a los intendentes de Juntos y radicales que a los del FDT. Es solo relato para los medios de comunicación y confundir a la comunidad. Es Mentira”.
Distinto fue la suerte de María Eugenia Vidal quien ya no tiene el peso de otros tiempos en la politica bonaerense. Hizo que diputados firmaran un comunicado para rechazar la norma, sin embargo, en el recinto, no todos lo hicieron. Algunos casos emblemáticos como el de Fabian Peredchonik, quien quizá haya recordado su pasado radical y tanto la cercanía con la ex gobernadora. O, por ejemplo, la diputada Maria Eugenia Brizzi, que responde al ex intendente de Morón Ramiro Tagliaferro. Deberá replantearse Vidal si podrá seguir terciando con éxito en la política bonaerense.
Carlos Capdevila, periodista que creó en la década del 90 la agencia AIBA en La Plata explicó su decisión a la necesidad de cubrir un bache informativo muy importante. “Lo que sucede en la legislatura bonaerense es lo que rige la vida de los habitantes de la provincia, y sobre lo que allí pasa hay muy poca información. Los bonaerenses suelen creer que su destino se define en la Ciudad de Buenos Aires”. Tenía razón. A pesar de los años y la evolución de la tecnología, los movimientos públicos y subterráneos que suceden en La Plata impactan de manera decisiva en la vida de la Argentina. Pero son pocos conocidos para el gran público.
Cada uno de los pasos que se dieron en estas últimas horas, representan el mosaico de cómo se van articulando los esquemas de poder. La reelección de los intendentes para un nuevo mandato abre un escenario distinto donde serán otro actores los que piensen en estirar sus mandatos ahora que esta cuestión picante se saldó. De todas maneras, nadie pude garantizar que aún haya puntos a ser cuestionados en la justicia. ¿Los legisladores o concejales que no pudieron presentarse a su reelección en los comicios de este año por estar en vigencia la anterior ley se quedarán cruzados de brazos? Asoma una avalancha de presentaciones judiciales. Es cierto, en la política como en la vida misma no siempre se puede todo. Por ahora, los jefes comunales gritan: “una más, y no jodemos más”.
*Por Sebastián Dumont
Periodista de Canal 26
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