Desaparece sin dejar rastro: el misterioso “pez de arena” del Sahara que desafía a la biología

En los áridos paisajes del Sahara y la península arábiga, donde la arena lo domina todo, habita una criatura tan fascinante como enigmática. Se trata de Scincus scincus, popularmente conocido como el “pez de arena”.
A pesar de su nombre, este animal no es acuático, ni tiene branquias, ni vive en el agua: es un reptil que desarrolló una extraordinaria habilidad para desplazarse por debajo de la superficie arenosa, como si estuviera nadando.

Este lagarto de unos 20 centímetros de largo pertenece a la familia de los escíncidos y evolucionó de manera única para sobrevivir en el desierto. Su cuerpo alargado, robusto y de aspecto cilíndrico, junto con sus patas cortas pero potentes y una cola musculosa, le permiten moverse con gran velocidad entre los granos de arena, utilizando un movimiento ondulante similar al de una serpiente.
El “pez del desierto” puede sumergirse completamente en menos de un segundo, gracias a una técnica de desplazamiento que convierte la arena, al menos localmente, en un fluido semilíquido. Así lo demostró un estudio biomecánico liderado por el profesor Werner Baumgartner, de la Universidad Técnica de Aquisgrán, que determinó que este reptil puede “bucear” en apenas 720 milisegundos.
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La anatomía de este escíncido también está optimizada para su entorno: su hocico afilado actúa como una cuña que rompe la resistencia de la arena, mientras que sus escamas aplanadas en los dedos ayudan a impulsarse. Incluso posee un sistema respiratorio que le permite filtrar la arena que podría entrar por las fosas nasales mientras se mueve bajo tierra, y al emerger, estornuda para eliminar los restos.
Curiosidades del “Pez de arena”: ¿Por qué se entierra en la arena?
Las razones son tanto térmicas como defensivas. Bajo la superficie, la temperatura es más fresca que en la abrasadora capa superficial del desierto. Además, sumergirse lo protege de depredadores naturales como las víboras del desierto.
Más allá de su impresionante adaptación, este animal despertó el interés del ámbito científico por su potencial en el desarrollo de robots inspirados en la naturaleza. Investigaciones en biomimética buscan replicar su capacidad de desplazarse bajo arena para crear mecanismos que funcionen en terrenos difíciles o en operaciones de rescate.
Así, en un entorno donde parecería que la vida no tiene lugar, este singular lagarto demuestra lo contrario. No será un pez en el sentido estricto, pero en el universo del desierto, se mueve como uno, convirtiéndose en una de las criaturas más sorprendentes del reino animal.