¿Mito o realidad?: qué dice la ciencia sobre el mal comportamiento de los perros de hocico corto

Un rostro achatado podría ser la causa del comportamiento revoltoso y travieso de un perro. Muchos creen que el tipo de razas que tienen estas características suelen ser más distraídos debido a su genética, tamaño corporal y estimulación del entorno. Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad ELTE de Hungría encontró la verdad.
Lejos de lo que dice el mito, la casa de altos estudios indica que la personalidad de los perros de hocico chato depende 100% de su contexto. Los perros como el bulldog francés, el carlino y hasta los boxers son perros que requieren de un tipo especial de cuidados, ya que suelen tener problemas respiratorios, pero eso no debería inferir en si son o no traviesos.

En este sentido, la Universidad ELTE analizó datos de más de 5.000 perros pertenecientes a 90 razas, desde braquicéfalos (perros de hocico corto y cráneo ancho, como bulldogs o pugs) hasta mesocéfalos (razas con proporciones intermedias del cráneo, como labradores o beagles) y dolicocéfalos (perros de hocico largo y cráneo estrecho, como galgos o collies).
Qué dice el estudio sobre los perros de hocico corto
Al examinar los cuatro rasgos de personalidades (calma, entrenabilidad, sociabilidad y valentía) junto con el comportamiento problemático de los animales de compañía, como el de saltarle a las personas, reacciones exageradas y desobediencia, los resultados fueron contundentes: los perros de hocico chato son menos “entrenables” y más reactivos ante visitas.
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Por su parte, los dolicocéfalos (los perros de hocico largo, como los galgos) exhibían menor calma y valentía, lo que respalda otros estudios que relacionan las cabezas largas con mayor sensibilidad al miedo e incluso al amor.
Por otro lado, los estudios iniciales indicaron que la morfología, su tamaño y las experiencias con su dueño impactan directamente en el comportamiento de los perritos. De hecho, las bajas posibilidades de entrenar a una raza de hocico chato tienen que ver con su tamaño, con menor peso y, por consiguiente, mucho más consentidos que los de tamaño grande.
Por último, el estudio remarca que no es que los perros de hocico corto tengan un comportamiento más travieso, sino que, por ser perros pequeños, reciben más interacción y estímulos, sumado a que son sumamente inquietos y requieren de más atención debido a sus desafíos de salud.