El ecosistema también sufre: la guerra de Ucrania alteró la migración y reproducción de una mítica ave

De las 19 aves marcadas, solo 6 (30%) paró a descansar y alimentarse en Ucrania en 2022, frente a las 18 que solían hacerlo cada año en el periodo 2018-2021.

Por Canal26

Martes 21 de Mayo de 2024 - 09:20

Aves en peligro. Foto: EFE Aves en peligro. Foto: EFE

Un equipo internacional de investigadores, que estudia la migración del águila moteada a través de 19 ejemplares marcados con GPS desde 2017, logró confirmar cómo este ave rapaz cambió sus hábitos migratorios y reproductivos a raíz de la guerra de Ucrania.

El hallazgo, publicado en la revista Current Biology, revela cómo a partir de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, el águila moteada desvió su ruta migratoria tradicional de años anteriores y llegó más tarde a su zona de nidificación.

En su viaje desde sus áreas de hibernación en el Sur de Europa (Grecia sobre todo para las hembras) y África oriental (para los machos) hacia sus zonas de cría en el sur de Bielorrusia, los ejemplares de águila moteada paraban en Ucrania entre marzo y abril para descansar, alimentarse y beber agua.

Aves en peligro. Foto: EFE Aves en peligro. Foto: EFE

El canto de los pájaros. Foto: Unsplash.

Te puede interesar:

La increíble razón por la que el canto de los pájaros resulta tan relajante para los seres humanos

Evitaron un ecosistema alterado

Los autores vieron cómo en 2022, al poco de comenzar la guerra, los 19 ejemplares marcados con GPS o pararon menos tiempo de lo normal en Ucrania o evitaron totalmente pasar por allí para huir de las alteraciones causadas en sus ecosistemas por artillería, aviones, tanques y otros armamentos, así como por los continuos desplazamientos de soldados y civiles.

Evitar Ucrania les llevó a viajar más lejos, recorriendo de media unos 85 kilómetros más que años anteriores, y llegar a sus zonas de anidamiento más tarde de lo habitual.

De esto modo, las migraciones de 2022 supusieron 246 horas para las hembras, frente a las 193, de media, de antes del conflicto; y 181 horas para los machos, frente a las 125 anteriores a la guerra.

Los machos también viajaron más despacio que en los años anteriores a la guerra. Los autores creen que el mayor esfuerzo para llegar a las zonas de anidación pudo haber afectado a su forma física en el momento en que mejor necesitan estar para el éxito de la cría.

Ataques rusos sobre la región de Járkov, Ucrania. Foto: Reuters. Ataques rusos sobre la región de Járkov, Ucrania. Foto: Reuters.

De las 19 aves marcadas, solo 6 (30%) paró a descansar y alimentarse en Ucrania en 2022, frente a las 18 que solían hacerlo cada año en el periodo 2018-2021. En una de las zonas de parada habituales para las águilas moteadas: los humedales de la Polesia ucraniana, jamás llegaron a parar en 2022.

"Este tipo de perturbaciones tiene un impacto muy significativo en el comportamiento y en la forma física de las águilas moteadas. Para los individuos que crían en estas zonas, u otras especies que son menos capaces de responder a las alteraciones, es probable que los impactos sean mucho mayores", señala uno de los autores, Charlie Russell, investigador de la universidad británica de East Anglia.

Notas relacionadas