Conocido por sus particulares hojas y su increíble resistencia a desastres naturales, el ginkgo biloba tiene una estrategia reproductiva que lo convierte en un ejemplar único para la botánica.
Por Canal26
Domingo 19 de Enero de 2025 - 09:55
Árbol ginkgo biloba en otoño. Foto: Pixabay.
El Ginkgo biloba, conocido simplemente como ginkgo, es un árbol que no pasa desapercibido en parques y jardines por sus hojas con forma de abanico, las cuales adquieren un tono dorado en otoño. Sin embargo, más allá de su estética, destaca por ser un auténtico superviviente y un verdadero enigma de la botánica.
Originario de China, el ginkgo pertenece a una familia de plantas llamada Ginkgoales, que se remonta a más de 270 millones de años. Como único representante vivo de esta antigua línea evolutiva, el ginkgo fue apodado un "fósil viviente".
El Ginkgo biloba es un árbol originario de China que está considerado como un fósil viviente. Foto: Freepik.
Este término fue popularizado por Charles Darwin para describir especies que parecen no haber cambiado a lo largo de millones de años. Sin embargo, este concepto es erróneo: aunque su apariencia recuerda a sus ancestros fósiles, el ginkgo evolucionó como cualquier otro organismo vivo.
Científicamente, se clasifica como una especie relicta de morfología pancrónica, es decir, una que parece inalterada en el tiempo.
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El ginkgo no solo sobrevivió al paso del tiempo, sino también a eventos extremos. Es reconocido por su resistencia a enfermedades, contaminación y condiciones adversas, lo que contribuye a su notable longevidad, que puede superar los 1.000 años.
Este árbol adquirió fama de indestructible tras ser uno de los pocos seres vivos que sobrevivieron a la bomba atómica lanzada en Hiroshima en 1945. Aunque otros árboles también lograron rebrotar después del desastre, el ginkgo fue el que más tiempo perduró.
Se cree que los ancestros del ginkgo biloba se remontan al Jurásico, hace 170 millones de años. Foto: Pixabay.
Además, el ginkgo posee características reproductivas que lo diferencian de la mayoría de los árboles. Es una especie dioica, lo que significa que existen árboles masculinos y femeninos por separado, una característica que solo comparte el 6 % de las plantas con flores.
Mientras que los órganos masculinos producen polen agrupado en pequeñas espigas llamadas amentos, las hembras generan óvulos grandes, a menudo confundidos con frutos. El "árbol que pone huevos", como se lo llama coloquialmente, sigue siendo un ejemplo insólito de cómo la naturaleza encuentra formas extraordinarias de adaptarse.
Estos óvulos o "frutos" caen en otoño, liberando un olor desagradable debido al ácido butírico, lo que facilita la identificación de los ejemplares femeninos. De forma curiosa, sus óvulos pueden compararse con los huevos de una gallina, los cuales también acumulan nutrientes sin necesidad de ser fecundados.
El ginkgo biloba produce óvulos que se parecen a huevos de gallina. Foto: Guía de Arbolado.
Lo más llamativo es que los óvulos del ginkgo no se transforman en verdaderas semillas, ya que no cumplen todos los requisitos para ser consideradas como tales. Este proceso de reproducción refleja una característica primitiva: la fecundación acuática.
A pesar de ser un árbol terrestre, los espermatozoides del ginkgo aún nadan hacia los óvulos mediante flagelos, un método más común en algas y helechos que en árboles modernos. Este método arcaico de fecundación, heredado del pasado lejano de las plantas nacidas en el fondo de los océanos, justifica su apodo de árbol “prehistórico”.
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