Los bebederos urbanos no solo facilitan alimento a los colibríes, sino que también están impulsando rápidas transformaciones en su anatomía y comportamiento. ¿Cómo está cambiando la vida en la ciudad, su evolución a pasos agigantados?
Por Canal26
Sábado 24 de Mayo de 2025 - 19:40
Los colibríes están evolucionando a un ritmo sin precedentes por culpa de los bebederos. Foto EFE
Los colibríes están empezando a adaptarse a la vida urbana de formas sorprendentes. Según una investigación reciente, publicada en la revista científica Global Change Biology, estas aves están experimentando cambios anatómicos impulsados por la alimentación suplementaria que encuentran en jardines y balcones de zonas urbanas.
El trabajo se centró en el colibrí de Ana (Calypte anna), una especie que sabe aprovechar la presencia humana y sus recursos artificiales, como los bebederos con agua azucarada. Este fenómeno recuerda lo ocurrido con otras especies que se volvieron comensales, como las palomas, al establecer una convivencia cercana con los humanos.
Colibrí. Foto: Unsplash.
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Naturalmente, los colibríes tienen un pico largo y delgado para alcanzar el néctar de flores profundas. Sin embargo, el estudio muestra que, en ambientes urbanos, esta morfología empezó a cambiar. En los últimos años, los picos del colibrí de Ana se volvieron más grandes y afilados, especialmente en los machos, lo que sugiere una evolución dirigida a mejorar el aprovechamiento del néctar artificial y competir por el recurso.
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Uno de los aspectos más llamativos del informe es la velocidad del cambio evolutivo. En apenas unas pocas décadas —entre 1930 y 1950— los investigadores ya detectaron modificaciones en el tamaño del pico. Esto implica que, en menos de 10 generaciones, estas aves comenzaron a mostrar adaptaciones físicas notables.
Santuario del colibrí. Video EFE.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo científico recurrió a una amplia gama de fuentes: desde registros de avistamientos en los 58 condados de California entre 1938 y 2019, hasta especímenes conservados en museos. Incluso consultaron antiguos anuncios de periódicos para estimar el uso de bebederos a lo largo del siglo XX.
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"Parece que se están moviendo a donde vamos y cambiando con bastante rapidez para tener éxito en sus nuevos entornos. Podemos pensar en el colibrí de Ana como una especie comensal, similar a las palomas", explicó Nicolas Alexandre, coautor del estudio y genetista en Colossal Biosciences, una empresa de biotecnología con sede en Dallas, Texas.
Santuario del colibrí. Foto EFE.
Aunque los bebederos no representan un riesgo directo para los colibríes si se mantienen limpios, su impacto en la evolución de estas aves urbanas es innegable. Esta investigación abre la puerta a nuevas preguntas sobre cómo nuestras acciones cotidianas pueden influir directamente en la biología de las especies que nos rodean.
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