Cayó Enrique Blaksley, acusado de la mayor estafa en la historia del país

Está acusado de fraude y evasión y enfrenta los reclamos de un centenar de clientes, pero en la firma confían en su capacidad de recuperación.
Enrique Blaksley - Empresario presio
Enrique Blaksley - Empresario presio

El empresario Enrique Blaksley, conocido como el "Madoff argentino", fue detenido en su casa de Pacheco acusado de múltiples estafas a inversionistas que suponían destinar su dinero a emprendimientos productivos.

Además del empresario, la jueza Servini de Cubría pidió la detención de Verónica Inés Vega, Federico Armando Dolinkue y Alejandro Miguel Carozzino. Y citó a declarar a 14, entre ellos 3 familiares de Blaksley.

Según la causa "se les imputa haber formado parte de una organización -liderada por Enrique Juan Blaksley Señorans- destinada a captar millonarias sumas de dinero de distintos ahorristas/inversores ofreciendo para ello tasas muy superiores a las del mercado".

Así hicieron los pedidos de detención María Alejandra Mángano, fiscal interinamente a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 12, y Gabriel Pérez Barberá y María Laura Roteta, fiscal general y fiscal federal, titular y a cargo -respectivamente- de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC).

Se calcula al menos mil damnificados, con un daño total a inversores de 24,8 millones de pesos y 8,8 millones de dólares. Se estimaba en el expediente, por otra parte, una facturación anual de 72 millones de dólares y 275 millones de pesos.

El presidente de Hope Funds se había convertido en el jugador más mediático del mercado financiero local a comienzos de esta década y había sido el responsable de traer al país a figuras como Roger Federer, a Usain Bolt en su carrera contra el Metrobus porteño en 2013, había sido sponsor de La Dolfina de Adolfo Cambiaso, el equipo de polo más exitoso de la Argentina.

Hope Funds ofrecía contratos de mutuo, posibilidades de inversión en donde el inversor recibía un casi mágico 12% de interés, con un agresivo equipo de casi 500 vendedores que eran premiados con jugosos bonos y viajes por el mundo, estadías en el hotel Regency Hilton de Hawaii, cruceros por el mar Báltico, galas con vestuarios de época en palacios en San Petersburgo. El brillo era tal que hasta los propios vendedores de Blaksley invertían en sus contratos, según fuentes de la compañía. Hoy, estos inversores aseguran no haber visto un centavo de vuelta.

En el fuero comercial, Blaksley acumuló más de 20 pedidos de quiebra e intentó frenarlos con una jugada que le valió una nueva causa por estafa procesal tras una denuncia del juez Sebastián Sánchez Cannavó.

En 2014 recibió una denuncia de la AFIP y de la PROCELAC, no por estafa sino por lavado de dinero, con informes de reportes de operaciones sospechosas de la UIF que engrosaban el expediente por 189 millones de pesos y 95 millones de dólares. La jueza Sandra Arroyo Salgado estuvo originalmente a cargo del expediente: se declaró incompetente y la Cámara Federal de San Martín lo remitió a Comodoro Py, donde Servini lo recibió días antes de la primera denuncia por estafa, presentada por los abogados Romero Victorica y Altinier.