Las conclusiones del doctor Mariano Grondona

Por Canal26

Lunes 19 de Septiembre de 2011 - 00:00

Marcos Aguinis se preguntaba si no estamos alucinados, viviendo en una realidad que de alguna manera sospechamos que es de mediano plazo, pero no de largo plazo. Es decir, votan a Cristina y compran dólares. ¿Cómo es ésto? O creen en el proyecto o no.

Tenemos contradicciones y la pregunta que uno se hace cuando ve que Cristina está blindada, que los capitales se van y que los peligros que existen lo ven sólo algunos operadores. Supongamos que yo creo en lo que pienso. Y creo que hay fallas muy graves en el sistema argentino y, voy a decirlo brutalmente, yo estaba más conforme con las elecciones de 2009 que con las de 2011. Me encuentro que en el 2009 había un gran optimismo en la gente que piensa como nosotros porque el país parecía encaminarse a una república en serio. Dos años después, pareciera que el público empieza a inclinarse por el proyecto opuesto.

Uno dice: “¿Qué hago yo si soy un observador, un político o un columnista que queda en posición minoritaria?”. Esa es la pregunta, los que habíamos ganado en 2009 y estamos perdiendo en 2011, ¿cómo deberíamos actuar?

Marcos Aguinis decía que las masas siguen y es verdad, de hecho han seguido a Hitler. ¿Qué tiene que hacer un dirigente u observador cuando las masas van por un camino?. Hay varias actitudes o tentaciones: una es el exitismo. ¿Usted sabe la cantidad de kirchneristas que están naciendo en este momento? Otra actitud que desaconsejaría es la condenación: “el pueblo se equivocó, yo soy más que el pueblo”. La soberbia: uno queda en minoría y mantiene la soberbia, despreciando a la mayoría.

Quizás lo que tendríamos que aprender como actitud es una mezcla de humildad y convicción. Si el 23 de octubre Cristina gana, vamos a tener que reconocerla como triunfadora y aceptar que la mayoría hoy quiere eso. No quiere decir que tenga que abandonar mis principios. Desde la minoría trataré de construir una nueva mayoría, aunque llueve mucho tiempo o poco. La gran distinción es entre dos palabras próximas fonéticamente: el demagogo y el pedagogo. Va a haber una cantidad enorme de demagogos, que son cortesanos y aduladores del pueblo. El pedagogo, en cambio, apuesta a ponerse millas, a senbrar, a esperar, a ser pacientes. En los 60' no lo fuimos.

El futuro que la Argentina tiene cuando atraviese la niebla es tan brillante que es casi inimaginable.