El pueblo pesquero que fue epicentro del conflicto con Chile y hoy brinda una experiencia gourmet exclusiva

A 70 km de Ushuaia todavía los cañones del ejército apuntan hacia las costas chilenas. Allí viven pescadores artesanales que preparan en sus casas pescados y mariscos para los turistas.
Puerto Almanza es un pequeño poblado de pescadores ubicado sobre la costa este del canal Beagle, a 75 km de la ciudad de Ushuaia. Su nombre proviene de un aserradero que funcionaba en la zona entre las décadas del ’40 y el ’50. Para 1966 la Prefectura Naval Argentina instaló un destacamento que aún existe y los primeros asentamientos civiles llegaron en los ’90, y hacia el año 2001 llegaron los pescadores artesanales que se establecieron de manera definitiva en el lugar.

Ellos se dedican a la extracción de centollas y moluscos de la zona, y en la pesca del róbalo y salmón.
También han creado emprendimientos dedicados a la cría de mejillones, cholgas, erizos y truchas, que además preparan en sus propias casas frente al agua para alegría de los turistas
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La ubicación de este poblado resulta ideal para explorar la zona costera y sus atractivos, como Punta Paraná. A pocos kilómetros de Almanza se encuentra la Estancia Harberton, propiedad de la familia Bridges, un sitio histórico que cuenta con un museo propio, y una oferta de actividades como caminatas y navegaciones.
Importante: frente a Puerto Almanza, del otro lado del Beagle, se encuentra la localidad chilena de Puerto Williams, en isla Navarino. Hacia allí todavía apuntan los cañones que se instalaron durante la casi guerra con Chile por las islas Picton, Lennox y Nueva, y la delimitación de las aguas circundantes que tuvo su punto culminante en 1978. Afortunadamente se resolvió ante de llegar al enfrentamiento armado por medio de la diplomacia y la mediación papal, dando paso a un acuerdo de paz que perdura hasta hoy.
Experiencia gourmet para agendar en Puerto Almanza
Principalmente fuera del invierno hay una excursión gastronómica que se hace a Puerto Almanza que combina trekking y un suculento almuerzo de pasos junto a la costa que se hace entre octubre y abril. La propuesta de Tierra Turismo que lleva el nombre de Beatle Foodie Experience comienza cuando se hace la recogida por el hotel muy temprano.
Recorriendo caminos angostos se llega a la Estancia Harberton, la más antigua de la isla. Pero no para ir al casco sino para desviarse, bajar del vehículo y hacer una caminata sin dificultad de una hora, hasta encontrar la cascada Lasifashaj, nombre que significa en idioma selknam “tierra mayor”. Es parte del río del mismo nombre, caudaloso y con una bruma que salpica bastante y desde lejos. Pese a tener un color marrón por la turba que lo tiñe, su agua es potable y de hecho cerca hay pequeñas empresas que se dedican a envasarla para la venta.

Después del paseo, de tomar un cafecito reconfortante y comer algunas vituallas, de ver caballos salvajes que observan a los turistas tanto como deslumbran a las personas, se vuelve a la camioneta para poner rumbo a Puerto Almanza.
A simple vista, de un lado están las casas y del otro la costa. Para vivir la experiencia gourmet que proponen la otra parte del tour: hay que tomar una empinada bajada hacia la orilla, apoyados en bastones, enfrentando el viento y el oleaje, y metiéndose casi enseguida en la calidez de la casita de Diana Méndez, la primera capitana de la zona que durante 10 años llevó pasajeros cruzando el canal desde y hacia Chile. Hoy confiesa que extraña la adrenalina de esta actividad pero tiene otras cosas con qué entretenerse.

Durante la pandemia, separada de su marido, armó un rancho ocultándose de la policía junto al agua.
Con el tiempo recibió ayuda para legalizar su situación. “Al principio tenía todo lleno de alambres y ramas, para que no me vieran ni desde el agua ni de arriba, de la ruta. Después me descubrieron y acá estamos, visibles. Los chicos de la agencia Tierra conocieron el lugar y me propusieron traer visitantes para que les cocine (como hacía en Puerto Pirata, un restó marino de la costa). Entonces hablé con el Instituto Fueguino de Turismo y con la provincia, les conté la idea de abrir el rancho para poquitas personas y me dieron el ok. Para los comensales es una experiencia nueva. Así nació Beagle Foodie”.
Su casita es mínima pero no se siente el frío de afuera. Todo es casero y recolectado por la propia cocinera y su pareja, Fabián Naica. El almuerzo es muy exclusivo, solo seis personas que son las que caben alrededor de la mesa, con un largo pan casero tibio a modo de bienvenida. Diana va variando el menú pero suele recibir a los visitantes con una sopa de vegetales y pescado que cocina a fuego vivo junto al canal. Después, mientras comparte su historia personal, algunos la ayudan a preparar los platos (riquísimos, vistosos y abundantes) que merecieron un bis. Suele haber ceviche de salmón (salvaje) con uvas, cazuela de centolla (extraída por Diana) a la crema con un alga frita encima, postas de róbalo con un pesto particular, puré de zanahorias ahumadas y crocante; panqueques rellenos con dulce de leche y salsa de frutas finas preparados en el momento. Todo se sirve con presentaciones rústicas y es acompañado por muy buenos vinos.

“Nunca empiezo a cocinar hasta que llegan las visitas, normalmente a las 12, así cada uno hace su aporte. El otro día preparamos el ceviche de salmón con ajo, que nunca había hecho, por sugerencia de un comensal. Mi propuesta es re básica, super sencilla, y trato de incorporar elementos locales como algas, y lo que hay en nuestra tierra, no solo en el mar -explica- Es agradable compartir las experiencias porque siempre llega el momento en que empiezan a contar sus vidas. Es lindo poder conocernos y generar lazos. Además en verano esto es hermoso y más cómodo, pueden comer afuera y tienen todo el canal para ellos”.
Terminada la comida, la charla sigue y seguramente costará despedirse de los anfitriones, que son muy cálidos y receptivos. El precio de esta experiencia es de $ 184.000 para los adultos y de $ 128.000 para los menores de 3 a 11 años (su puede pagar en cuotas y si se abona con transferencia sale $ 156.000). Se sale a las 8 de la mañana y se vuelve a las 4 de la tarde. Incluye todo lo relatado en la nota, vino y agua también.
- Info en la web https://tierraturismo.com/product/beagle-foodie-experience/
- Instagram de Diana: @almayagan