OTAN, camino de duplicar gasto en defensa con insistencia de EEUU y resistencia de España

Bruselas, 21 jun (EFE).- Los líderes de la OTAN van a dedicar su cumbre de La Haya, que se celebra el martes y el miércoles, a principalmente un objetivo: el de acordar un nuevo compromiso de inversión en defensa para los próximos años que el secretario general aliado, Mark Rutte, ha propuesto que llegue al 5 % del PIB, cifra que ha pedido insistentemente Estados Unidos y a la que se resiste España.

Las negociaciones sobre la declaración de la cumbre se han extendido ante las reticencias de España, que lidera a los países para los que llegar a invertir un 5 % de su producto interior bruto supone un esfuerzo demasiado grande, aunque la idea es llegar al inicio de la cumbre con todos los detalles cerrados.

A principios de junio los ministros de Defensa aliados refrendaron los llamados objetivos de capacidad que garantizarán la disuasión y defensa de la OTAN durante los próximos años ante amenazas como la de Rusia.

Son confidenciales pero implican capacidades como artillería, defensa antiaérea, radares, infantería y otros requisitos, que son asignados a cada país aliado y que cada uno se tiene que procurar; para ello tienen que adquirirlas e invertir.

Rutte ha propuesto que el nuevo gasto en defensa de la Alianza pase del 2 % acordado en la cumbre de Gales de 2014 -que se debía cumplir en diez años- al 5 % del PIB, y ha argumentado que esa es la cifra necesaria para financiar los objetivos de capacidades identificados y aprobados por unanimidad por todos los países de la OTAN.

Más en concreto, Rutte ha propuesto el siguiente desglose: un 3,5 % del PIB se dedicaría a capacidades militares puras y, el 1,5 % restante, a otros gastos asociados, como pueden ser los invertidos en ciberseguridad o infraestructuras.

Pese a que diversas fuentes diplomáticas afirman que hay amplio consenso sobre la cifra del 5 %, reconocen que se trata de un esfuerzo enorme y aún se está debatiendo el plazo para llegar a ella.

Rutte había sugerido inicialmente que se alcanzara para 2032, pero muchos países han considerado que no era un objetivo realista, por lo que actualmente se habla de 2035 con, ademas, una cláusula de revisión intermedia en 2029.

Sobre el 3,5 % que se ha propuesto invertir en gasto puro en defensa, ha habido también algunas discrepancias con países que ya se han comprometido individualmente a llegar al 5 % del PIB y que pedían más ambición a sus socios.

  Presión y resistencia

Estados Unidos, incluso desde la época del demócrata Barack Obama, ha venido pidiendo a los aliados europeos y Canadá que inviertan más en su propia seguridad y asuman más carga en la Alianza, cuyo peso lleva mayoritariamente Washington.

Pero fue con el primer mandato del republicano Donald Trump y especialmente con el segundo que Estados Unidos ha puesto más presión en los aliados, instándoles incluso a duplicar el objetivo de gasto militar acordado en 2014, cuando Rusia empezó a invadir partes de Ucrania.

“Lo importante es que creo que existe un consenso general sobre la idea de que los europeos deben hacer más, y deben hacer más porque es su defensa lo que está en juego”, indicó una fuente diplomática.

No obstante, pese a que España aceleró a antes del verano el anuncio de que llegaría finalmente a invertir el 2 % del PIB decidido en Gales, se muestra más reticente sobre la nueva cifra del 5 %.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, comunicó por carta a Rutte el jueves el rechazo de España a comprometerse a un nuevo aumento de gasto en defensa, y consideró que, para el país, llegar al 5 % que ha planteado "no es razonable" y podría ser contraproducente.

En concreto, Sánchez solicitó una fórmula "más flexible", como que diga que el objetivo del 5 % es opcional o que se excluya de la aplicación del mismo a España.

Dejó claro que alcanzar el 5 % es incompatible con el estado del bienestar en España y con su "visión del mundo", y reivindicó el legítimo derecho de cada Gobierno a hacer o no determinados "sacrificios", como elevar los impuestos a la clase media o recortar servicios públicos y prestaciones sociales.

En cualquier caso, Sánchez coincidió en que Rusia supone una "amenaza existencial” que exige una OTAN más fuerte, con "el pleno compromiso de Estados Unidos" y una Europa capaz de asumir su propia defensa y seguridad. EFE

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