La práctica ideal para mejorar tu memoria a partir de los 60 años y mantener el cerebro en movimiento

Sabido es que el deterioro cognitivo y de la memoria es algo irreversible y que empieza a notarse más en cuanto la persona se va acercando a lo que se conoce como la tercera edad, aproximadamente a los 65 años. Es por ello que expertos afirman que estudiar un idioma a partir de los 60 años puede resultar muy útil para mantener el cerebro activo.
Y es que a los 60 años comienzan a experimentarse ciertos cambios naturales. Ante esto, la estimulación del cerebro, fortaleciendo las conexiones neuronales y potenciando las habilidades cognitivas, resulta clave en la calidad de vida.

Estudiar un idioma puede ser clave para fortalecer la memoria. Foto: Freepik.
Las razones por las que estudiar un idioma a partir de los 60 años mejora la memoria
Según el experto en neurociencia de la Universidad Western Sydney, Mark Antoniou, el cerebro de una persona que sabe hablar más de un idioma se mantiene en permanente actividad porque debe "bloquear" los impulsos de querer hablar su lengua materna.
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La ingeniera investigadora del Hospital Broca de París, Caitlin Ware, también refuerza esta teoría y afirma: "Si se usa mucho el segundo idioma, se obtiene ese entrenamiento cognitivo".
Con este tipo de ejercicio mental se fortalecen funciones ejecutivas del cerebro, lo que conlleva a un mejoramiento de la memoria y retrasa el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas.
Otros estudios previos demostraron que la posibilidad de ser bilingüe puede retrasar la aparición de síntomas de demencia. Incluso, las personas que pueden hablar dos o más idiomas pueden llegar a desarrollar algún tipo de estas enfermedades hasta cuatro años más tarde que aquellas que no lo hacen.

Es aconsejable estudiar un idioma a partir de los 60 años. Foto: Archivo.
Por todo lo anterior, y vinculando esto con los deterioros propios de la tercera edad es que los expertos recomiendan que, si no se lo hizo antes, se inicie el estudio de un idioma a partir de los 60 años. Entre los beneficios claves están:
- Estimulación permanente: ya que el nuevo idioma mantiene al cerebro en constante ejercicio y mejora la agilidad mental.
- Retrasar el deterioro cognitivo: aprender un nuevo idioma genera mayor resistencia a los efectos del envejecimiento y reduce la posibilidad de padecer enfermedades como la demencia.
- Síntomas de enfermedad más lejanos: quienes estudian un idioma a partir de los 60 años tienen más chances de retrasar la aparición de síntomas de enfermedades mentales o directamente no tenerlos.