La Estación Espacial Internacional cumple 25 años: el plan para "jubilarla" y sacarla de órbita

La Estación Espacial Internacional. Foto: NASA

En medio de preocupaciones de seguridad sobre su funcionamiento, la Estación Espacial Internacional llegó este lunes a sus 25 años de funcionamiento, el cual se estima no llegue más allá de 2030.  Este proyecto de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) liderado por los enfrentados Estados Unido y Rusia, es un éxito inédito en la historia, pero se está diluyendo junto a las recurrentes fugas de gases tóxicos en los radiadores de uno de los módulos rusos.

A principios de octubre, se detectaron copos de amoníaco helado emanando de un radiador exterior del módulo Nauka. En este sentido, la NASA aseguró que pese a esa emanación tóxica "la tripulación de la estación nunca estuvo en peligro", mientras que dos semanas después, los rusos Oleg Kononenko y Nikolai Chub lograron aislar la fuga.

Además de ambos cosmonautas, en la ISS (siglas en inglés de la Estación Espacial Internacional) viven ahora dos mujeres estadounidenses, un japonés y otro ruso, quienes están liderados por el comandante danés Andreas Mogensen, quien está al mando de la Expedición 70.

La Expedición 70. Foto: NASA

Estos radiadores son uno de los principales motivos por lo cual peligra la existencia de la ISS, ya que posee un complicado historial, con varias fugas de aire en 2020 y un fallo de software en el módulo Nauka, que provocó un cambio de inclinación de toda la estación espacial tras su acople en julio de 2021. 

El proyecto continúa en marcha a pesar de la invasión rusa de Ucrania comenzada en febrero de 2022, y se trata de las pocas líneas de colaboración ruso-estadounidense. Las sanciones internacionales al Kremlin por este conflicto son un motivo de aumento de la tensión con Washington y el resto de socios de la ISS (la Agencia Espacial Europea y las de Japón y Canadá). De todas maneras, un año antes de comenzar la guerra, Moscú ya había afirmado su intención de retirarse de la ISS a partir de 2025 debido a que su período de operación ya había expirado y su estado dejaba mucho que desear. 

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Desorbitar la estación, el principal reto 

La ISS continuaría siendo un enorme laboratorio internacional en órbita hasta 2030, aunque su final, al igual que su construcción, será un reto inédito. Y es que debido a sus más de 100 metros de longitud y un peso de 94 toneladas, está sumamente descartado dejarla caer, tal cual se hace con los satélites y otras estaciones espaciales menores. 

La Estación Espacial Internacional. Foto: NASA

En este sentido, los planes de la NASA son similares a la de la reentrada de la estación rusa Mir en 2001: al igual que en aquella ocasión, la ISS terminará sumergida en el océano Pacífico, aunque es cuatro veces mayor. Para su descenso habrá que construir una nave específica, cuyo coste está estimado en 1.000 millones de dólares. De todas maneras, la agencia comenzó a tantear a la industria aeroespacial estadounidense en busca de apoyo para el colosal proyecto.

"Esta transición requiere un marco de trabajo de alto nivel y un cronograma muy apretado. Preocupa la ausencia de un plan de negocio claro y robusto para las estaciones comerciales, lo que compromete la viabilidad y la seguridad de todo el plan de la NASA para la órbita terrestre baja", afirmó David West, miembro del comité de la NASA.

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El camino hacia las estaciones privadas

Con el fin de seguir manteniendo de manera ininterrumpida a sus astronautas en órbita, la agencia espacial estadounidense se encuentra financiando el diseño de varios proyectos de estaciones privadas. Uno de ellos es Orbital Reef, iniciativa conjunta de Blue Origin (empresa de Jeff Bezos, presidente de Amazon) y Sierra Space, que tienen vistas que esté operativa en 2027, aunque aseguraron estar dándole prioridad a a otros proyectos espaciales y ni siquiera tienen un equipo contratado para este.

El proyecto Orbital Reef. Foto: X @OrbitalReeg

Orbital Reef (arrecife orbital) sería un centro de negocios espacial competidor de la Starlab, un centro de investigación orbital planeado para empezar a operar en 2028, y al que se acaba de sumar la Agencia Espacial Europea (ESA). Ambos proyectos pretenden explotar el negocio de las fábricas y laboratorios en gravedad cero.

Igualmente, la ISS aún puede tener una vida extra, ya que Ken Bowersox, administrador asociado de la NASA para operaciones espaciales, deslizó que "no es obligatorio retira la estación espacial en 2030" y que la intención "es cambiar a las nuevas estaciones comerciales cuando estén disponibles". 

Además, la NASA contempla la posibilidad de que su vehículo para desorbitarla no esté listo hasta 2035, por lo que surgen otras propuestas, como la de elevar a una órbita estable la ISS cuando acabe su vida útil, para que quede visible desde la Tierra, como un monumento a la cooperación espacial.