La emoción del hermano de Curuchet luego de la histórica medalla dorada
Gabriel corrió junto a Juan durante 21 años y hoy, cómo Jefe del ciclismo argentino en Beijing, vive el momento más hermoso para el deporte nacional. Es realmente emocionante. Ver a la bandera argentina bien arriba, con dos pilares del ciclismo nacional cerrando un ciclo lleno de alegrías y tristezas. Para Juan Curuchet y Walter Pérez esta victoria es algo más que un oro olímpico. Es conseguir lo que vienen luchando, en el caso de Curuchet, hace más de 25 años.
El hermano del histórico, Gabriel, es el jefe de la delegación de ciclismo en Beijing, y en diálogo con Canal 26 habló de lo conseguido por la dupla nacional.
“La verdad que es un gran premio de la vida para Juan y Walter. Es lo más lindo que les puede haber pasado en la vida”, dijo Curuchet, evidentemente emocionado.
Los argentinos había sido campeones en el Mundial 2004 y llegaban a Atenas, los anteriores Juegos, cómo los grandes favoritos. Las cosas no se dieron y perdieron la oportunidad hace cuatro años. Pero todo cambió en Beijing y con una actuación destacada se llevaron la medalla dorada.
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“Juan, con 43 años, este olimpíada y su retiro era una presión muy grande y esto demuestra que para los chicos cuando se quiere llegar a algo pueden. Juan nunca había tenido una medalla olímpica en seis olimpíadas. Se necesita un toque de esperanza”, asegura quién corriera 21 años junto a su hermano. “Realmente que hoy pedaleamos todos aquí arriba. Íbamos con él y con Walter, que venía de un año difícil luego de perder a la madre, pero la estaba ayudando del cielo”.
Uno se pregunta, a la distancia, cuál es el secreto de esta dupla para lograr lo que logró. La medalla olímpica es uno de los escalones más difíciles de subir y esta pareja lo ha conseguido por sobre las grandes potencias mundiales como son Francia, Alemania, Rusia, España y Bélgica.
Gabriel cuenta cómo fue que lo lograron: “El secreto fue salir a hacer la carrera de ellos. No miraban a nadie y salieron a buscar la medalla desde el primer momento. Después del primer sprint armaron el ataque y la vuelta. El secreto fue no mirar a los candidatos ni a los rivales”.