El palacio escondido más bello de CABA: su relación con el Titanic y una restauración que busca revivirlo

En pleno Villa Devoto, escondido entre calles tranquilas y casonas de barrio, hay un edificio que parece sacado de una postal europea. Se trata del Palacio Ceci, una joya arquitectónica de principios del siglo XX, declarada Bien de Interés Arquitectónico en 2001.
Pocos lo conocen, pero guarda una historia fascinante: fue construido por una familia italiana, funcionó durante décadas como escuela para personas sordas y, según cuenta la leyenda, allí trabajó una mujer que había sobrevivido al hundimiento del Titanic.

La historia del Palacio Ceci, una joya arquitectónica del barrio de Devoto
La residencia fue proyectada por el ingeniero Alfredo Ceci y construida entre 1913 y 1918 por su empresa familiar, “Ceci Hermanos”. Inspirado en el estilo típico de la época, el palacio se encuentra en Av. Lincoln 4305, rodeado por jardines y con una fachada que recuerda a las villas aristocráticas del norte de Italia. La familia Ceci llegó a Buenos Aires en 1885 gracias al vínculo con el histórico Antonio Devoto, figura clave en el desarrollo del barrio.
Entre los rumores más llamativos ligados al palacio, se dice que una integrante del personal doméstico habría sido una sobreviviente del Titanic. Aunque no hay documentos que lo confirmen, la historia circula entre vecinos y suma un halo de misterio a esta mansión ya de por sí imponente.
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De residencia aristocrática a escuela inclusiva
En 1938, el edificio fue transformado en sede del Instituto Nacional de Sordomudos, que luego pasó a ser la Escuela Especial N.º 28 “Bartolomé Ayrolo”. Durante casi 80 años, el palacio fue un lugar clave en la formación de niños, niñas y jóvenes con discapacidad auditiva, hasta que el deterioro edilicio obligó a cerrar sus puertas en 2016.
Restauración y futuro cultural
En 2023 comenzaron las obras de restauración integral del edificio, a cargo de la empresa HIT Construcciones. La puesta en valor incluye trabajos en fachada, interiores, techos, instalaciones eléctricas, sanitarias, nuevos sistemas contra incendios y un ascensor exterior para garantizar accesibilidad universal. Todo, respetando su valor patrimonial y recuperando también su jardín histórico.

Aunque el Gobierno de la Ciudad aún no confirmó oficialmente qué uso tendrá, desde la Junta Comunal 11 proponen convertirlo en un Centro Cultural Comunal, abierto a la comunidad y con participación activa de la escuela Ayrolo.

Por ahora, solo queda esperar a que finalicen las obras para descubrir cómo lucirá esta joya recuperada, que promete conservar su espíritu original. Más que una restauración, se trata de devolverle vida a un sitio cargado de historia y valor patrimonial, no solo para Villa Devoto, sino para toda la Ciudad de Buenos Aires.