7 huracanes 2008

La actividad ciclónica en el Atlántico el año próximo...

Por Canal26

Viernes 7 de Diciembre de 2007 - 00:00

... debería ser ligeramente mayor al promedio, indicaron los predictores, tras una temporada que fue más leve de lo anticipado pero causó devastación en Centroamérica.

Se espera que un total de 13 tormentas con nombre se formen en 2008, incluidas siete que se convertirán en huracanes, según un informe del equipo de la Universidad estatal de Colorado.

Se espera que tres de las tormentas se conviertan en huracanes importantes, lo que significa que traerán vientos de al menos 178 km por hora.

El equipo pronosticó que hay un 60% de probabilidades de que al menos un huracán importante toque tierra en la costa estadounidense el año próximo.

"Pese a temporadas bastante inactivas en 2006 y 2007, creemos que la cuenca del Atlántico todavía está en un ciclo activo de huracanes", estimó el meteorólogo William Gray.

"Se espera que este ciclo activo continúe al menos por una o dos décadas más. Después de eso, probablemente entremos en un periodo más tranquilo como el experimentado durante los periodos de 1970-1994 y 1901-1925".

Un total de 14 tormentas tropicales con nombre, seis de ellas convertidas en huracanes, se desarrollaron esta temporada 2007.

Los pronosticadores habían señalado que debían esperarse al menos 17 tormentas con denominación, 9 de ellas convertidas en huracanes, durante la temporada de seis meses que se inicia el primero de junio y finaliza oficialmente el 30 de noviembre.

Con menos huracanes de los inicialmente anticipados, dos de los formados en el Caribe golpearon tierra con inusual poder y vientos máximos de más de 249 km/h. Ello marcó la primera vez desde que existe registro en el Atlántico que dos huracanes llegan al continente con categoría 5, el máximo en la escala Saffir-Simpson de medición de huracanes.

En agosto, el huracán Dean provocó la muerte de al menos 29 personas en su paso por el Caribe y México. Un mes después, el huracán Félix dejó unos 150 muertos y una gran destrucción en su paso devastador por regiones pobres de la costa caribeña de Nicaragua.