Baumgartner vuelve a cancelar su salto estratosferico

Las condiciones del viento obligaron a cancelar por segunda vez el primer salto en caída libre desde la estratosfera, que iba a convertir a Félix Baumgartner en la primera persona en superar la barrera del sonido sin apoyo mecánico. El austriaco tenía previsto viajar hasta la estratosfera terrestre en una cápsula presurizada pero finalmente hacia las ocho de la tarde las condiciones meteorológicas impidieron el despegue.

Por Canal26

Miércoles 10 de Octubre de 2012 - 00:00

Con el salto se intentan batir cuatro récords: mayor velocidad en caída libre, salto de mayor altitud, vuelo en globo tripulado de mayor altitud y caída libre más larga.

Finalmente, en esta segunda ocasión, tampoco fue posible culminar esta hazaña, indicaron los patrocinadores de la iniciativa.

Todo estaba previsto, salvo las condiciones meteorológicas, ya que el director técnico del proyecto, Art Thompson, había explicado en la página web de Red Bull (patrocinador de la iniciativa), que todos los sistemas que Baumgartner usará para realizar su salto superaron los últimos ensayos.

"La cápsula presurizada de la misión resistió con éxito las nuevas simulaciones a gran altitud, después de que en el último salto de prueba, realizado el mes de julio, sufriese desperfectos
en el aterrizaje", dijo Thompson, según despacho de Europa Press.

Por su parte, Baumgartner dijo recientemente que se sentía "como un tigre que espera salir de su jaula".

Félix Baumgartner, de 43 años, fue en 2003 la primera persona que atravesó el Canal de la Mancha equipado con una ala de fibra de carbono, en un salto en caída libre. En el salto desde la estratosfera terrestre tiene previsto surcar el cielo a la misma velocidad de una bala, tal como explicaron los expertos.

Para lograrlo, Baumgartner se preparó a gran altitud durante años, con el objetivo de superar las marcas establecidas hace 52 años por el antiguo coronel norteamericano Joe Kittinger.

La cápsula, que pesa unos 1.315 kilogramos, sufrió desperfectos cuando aterrizó bruscamente tras el último salto de prueba efectuado por Baumgartner, desde una altitud de 29.610 metros. Entonces, el austriaco llegó a una velocidad de 864 kilómetros por hora, es decir, tan rápido como un avión comercial. Y pocos minutos después aterrizó sano y salvo en el desierto de Nuevo México.

Por su parte los expertos señalaron que, además de la hazaña, esta prueba tiene también como uno de sus objetivos principales recoger datos científicos que, en última instancia, ayuden a mejorar la seguridad de los viajes espaciales, y que permitan el desarrollo de procedimientos de escape de una nave espacial que esté a gran altitud.

El salto había sido retrasado un día, ya que para la misión se necesita que el clima sea perfecto para que el globo de helio de 850.000 metros cúbicos de capacidad y fabricado en un tipo de plástico diez veces más fino que el de una bolsa descartable, pueda despegar sin dificultades.