Caso Bárzola: la fiscalía pidió 13 años para policía acusado de gatillo fácil

Un fiscal pidió hoy 13 años de cárcel para un policía retirado que está siendo juzgado por el homicidio de Matías Bárzola, un adolescente que en 2003 fue fusilado de un tiro en la cabeza en la localidad bonaerense de Villa Fiorito.

El planteo fue formulado ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Lomas de Zamora por el fiscal Jorge Luis Michelini en los alegatos del debate oral que se sigue a Ramón "El Oso" Peloso, para quien la familia de la víctima solicitó una condena de 25 años de prisión y la defensa la absolución.

Tanto el fiscal como la abogada María del Carmen Verdú, representante legal de la familia de la víctima coincidieron que en el juicio quedó acreditado que el 3 de junio de 2003, a Matías le dispararon un balazo desde un auto que le impactó detrás de la oreja y le provocó la muerte.

Ambos calificaron como un "testimonio contundente" el brindado en el juicio por Fabián Segovia, un joven que hoy tiene 22 años y que fue el único testigo que se atrevió a contar que él había visto disparar a Peloso contra su amigo.

"Venía caminando con Matías y otro amigo. De repente, apareció un Ford Falcon marroncito que cada vez iba más despacio y escuché un disparo que salió de la ventanilla. El que manejaba era Peloso y el que disparó fue él", aseguró el joven.

Segovia, quien en la instrucción fue testigo de identidad reservada, afirmó que estaba "seguro" de que se trataba de Peloso porque lo conocía de antes, ya que vivía cerca de su casa y siempre lo veía en el mismo auto.

Michelini y Verdú también valoraron el testimonio de una ex novia de Segovia, quien relató que la noche del crimen éste llegó a su casa llorando y le dijo: "Peloso lo mató a Matías", lo cual según la partes le da "más verosimilitud" al relato del testigo clave.

Y pese a que no vieron o no se animaron a declarar que Peloso había disparado, se tomaron en cuenta el testimonio de Lucas Romano, otro amigo de la víctima que lo acompañaba esa noche, y de un remisero, que pudieron observar la secuencia desde que el auto venía despacio hasta que se escuchó un tiro y aceleró rápido.

Según explicó a Télam la abogada Verdú, "la diferencia entre la pena solicitada por el fiscal y la particular damnificada se dio porque Michelini sólo encontró como agravante la utilización del arma de fuego".

En cambio, la querella enumeró "el aprovechamiento ante la indefensión de la víctima, el encubrimiento posterior de los funcionarios policiales, la coacción ejercida contra algunos testigos, la minoría de edad de la víctima y la condición de
policía de Peloso".

"Igual es muy importante que haya habido coincidencia en cómo ocurrieron los hechos y en la autoría", remarcó Verdú, quien reiteró su convicción de que este tipo de homicidios son "crímenes de Estado".

Además, el fiscal consideró que "el personal policial que intervino en la instrucción del caso pretendió confundir la investigación dando una hipótesis distinta de lo que había ocurrido en favor del imputado".

Es que la versión presentada a la fiscalía por la seccional quinta de Villa Fiorito fue que el chico había intentado asaltar a un automovilista y que éste se defendió y le pegó un balazo.

En tanto, a la madre de Matías primero le dijeron que su hijo andaba deprimido y se había suicidado y después que lo mataron para robarle las zapatillas.

"Hasta hoy no sabemos por qué lo mató a Matías, pero la madre dice que por todo lo que a ella le contaron su hijo tenía 'carta blanca', es decir, estaba marcado por la Policía para ser eliminado, porque no quería trabajar para ellos", sostuvo Verdú.

Peloso se retiró de la Policía Bonaerense en 2001, pero cuando ocurrió el hecho trabajaba para el Municipio de Ezeiza patrullando calles en el marco del programa "Tolerancia Cero", que convocaba a policías retirados y en actividad. Varios testigos recordaron en el juicio que Peloso se autodenominaba "El mataguachos" y la Correpi le adjudicó formar parte de un "escuadrón de la muerte" que integraban miembros de varias comisarías.