Al insomnio se suman nuevas patologías como la apnea, sufrida por 1 de 4 adultos Largas, accidentadas, traumáticas y, sobre todo, insalubres. Así son las noches de millones de personas.
Por Canal26
Lunes 21 de Enero de 2008 - 00:00
Es que los inconvenientes relacionados con el sueño no encuentran una solución definitiva y cada vez suman más víctimas. Y aunque muchos crean que los dramas de la cama se limitan al insomnio, en rigor esa categoría incluye muchos otros impedimentos para pasar una buena noche de descanso.
Como las apneas del sueño, esos desórdenes de la respiración no sólo atentan contra el sueño reparador sino que implican un grave daño para la salud de un grupo importante de la población. Un estudio reciente realizado en Estados Unidos encontró que uno de cada cuatro hombres en edades maduras los padece.
"La magnitud de los desórdenes del sueño es sorprendente", revela Dalia Lorenzo, directora médica del Sleep Center de la Universidad de Miami, uno de los lugares de referencia a nivel mundial para este tipo de trastornos.
"Los problemas de respiración durante el sueño pueden ser más comunes que el asma. Uno de cada cuatro hombres de mediana edad padecerán apnea del sueño. La apnea suele asociarse al sobrepeso", explica Lorenzo.
NO SOLO LOS HOMBRES
Pero no sólo se reduce a la población masculina. Si bien las mujeres corren menos riesgo, aumentan sus probabilidades de contraer el desorden luego de la menopausia, cuando suele producirse un aumento de peso.
El fenómeno creció tanto en los últimos tiempos que, como sucede en otros países del mundo, los hospitales públicos locales comenzaron a ofrecer opciones para el tratamiento. En la provincia de Buenos Aires, se puso en marcha hace un tiempo un "Laboratorio del sueño", donde se pueden atender en forma gratuita quienes padecen este tipo de problemas.
Es que los inconvenientes relacionados con el sueño tienen consecuencias que van mucho más allá del simple mal humor durante el día. Quienes estudian el tema explican que la cantidad y calidad del sueño determinan en buena medida la calidad de vida de una persona. Se sabe que dormir poco y mal suele generar no sólo en un bajo rendimiento en las actividades que se desarrollan durante el día, como trabajar o estudiar, sino también una baja en la capacidad inmunológica del organismo.
NUEVOS DATOS
Un informe redactado por la National Sleep Foundation determinó que el 16 por ciento de los 1.500 entrevistados dijo dormir menos de seis horas por noche. En 1998, la cifra era de 12 por ciento.
El estudio explica un dato ya sabido: los adultos deben proponerse dormir ocho horas, y los niños y los adolescentes, nueve. Pero sólo 26 por ciento de los encuestados dormía 8 horas, y en la encuesta anterior la cifra era del 35 por ciento.
El resultado: más enfermedades, debilitamiento del sistema inmunológico, afectando el discernimiento, por no mencionar el mal humor, la depresión y otras enfermedades. Estudios recientes relacionaron el dormir mal con la obesidad, la enfermedad cardíaca, la alta presión arterial y la diabetes tipo 2.
Un trabajo realizado en 2001 por el Centro de investigaciones de desórdenes del sueño del Hospital Henry Ford de Detroit determinó que el alcohol puede suprimir el sueño REM y exacerbar la somnolencia durante el día, además de acentuar la apnea en quienes tienen riesgos de padecerla.
La falta de sueño hace que el cuerpo produzca más hormona inductora del apetito y menos de la que lo suprime. "Cuando dormimos poco nuestro cerebro está privado de glucosa y nosotros intentamos recuperarla al día siguiente. Después de una mala noche el cuerpo pide azúcar. Nos llenamos de galletitas, el organismo quiere dulces," explica Joyce Walsleben, profesor de Medicina de la Universidad de Nueva York.
La falta de sueño eleva el nivel de cortisol, hormona del stress, durante la tarde y la noche, cuando uno debería distenderse, según un estudio de 2006 de la Universidad de Chicago. El riesgo a largo plazo es la enfermedad cardíaca, la hipertensión y la diabetes tipo 2.
"Creo que es hora de que tomemos conciencia de que el sueño es valioso, como el agua," dice Walsleben. "No renunciaríamos al agua y los alimentos, entonces ¿por qué habríamos de renunciar al sueño?", se pregunta.
CADA VEZ MAS COMUNES
En Buenos Aires, México DF o San Pablo, los problemas de sueño se han convertido en patologías cada vez más comunes.
Un trabajo publicado en la Revista de Neurología y realizado sobre una encuesta a más de 1.700 personas en esas ciudades latinoamericanas, mostró que dos de cada tres adultos experimentan dificultades con el sueño en el período de doce meses anterior, con una frecuencia alta, de un episodio cada dos noches.
El trabajo también demostró que el 22,7 por ciento de los consultados experimenta trastornos a la hora del sueño cada noche. Y uno de cada cuatro reconoció estar "muy o moderadamente" afectado por los problemas para dormir.
Según esa investigación, la gravedad de los trastornos del sueño aumenta con la edad y afecta significativamente más a las mujeres que a los hombres.
En este informe también quedó expuesto que la gente, en líneas generales, duerme menos de lo que le gustaría. Mientras que el promedio de sueño deseado fue de 8,2 horas por noche, el promedio de horas dormidas declarado fue de 5,8 horas.
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