El fútbol y el alcohol, esa relación que emborracha a más de un jugador

Ever Banega, volante del Valencia de España, ha sido detenido por conducir ebrio por las calles de esa cuidad. A partir de allí ha comenzado un debate prácticamente mundial acerca de los hábitos de muchos de los jugadores. El alcohol no conoce de fronteras y menos de límites de juego.

Volviendo en el tiempo, y no muy atrás, hay casos emblemáticos de abuso de la bebida entre futbolistas. No es que se busque fustigar a los deportistas, pero la lógica indica que deben mantener una línea acorde a su profesión. Está bien una copa en la cena, pero no cincuenta, y más todavía si después se decidiera manejar.

Entre los casos más resonantes de los últimos años se encuentran jugadores de la elite mundial.

El primero a destacar es el de un delantero brasileño que prometía tanto que se lo llegó a comparar con Ronaldo. Pero quedó en eso, en una simple comparación. Adriano, actualmente en el San Pablo, tiene un historial rico en escándalos con el alcohol.

El atacante ha llegado incluso a reconocer en una entrevista su adicción. Desde su llegada a la liga brasileña los directivos de su club quieren que deje la bebida a un costado. Han tratado con tratamientos en clínicas privadas y hasta sanciones deportivas, pero nada da resultado, el brasileño se da la buena vida y así le va en su carrera.

Volviendo a España, Deco y Maniche, ambos portugueses, han tenido sus problemas también.

El del Barcelona dio positivo en un control de alcoholemia en enero del 2008. Mientras que el ex Atlético de Madrid ha ido más allá aún y fue “pillado” a más de 130 km/h conduciendo por las calles de la capital española. Para peor ocurrió en Nochebuena.

Muchos son los casos. En el pasado futbolistas de la talla de George Best y Paul Gascoigne han tenido sus problemas con el alcohol y hasta han recibido ayuda especial para solucionarlos. En Argentina se puede destacar el caso de Ariel Ortega, que aunque reconoció tener problemas, nunca admitió que sea con el alcohol.

En fin, las adicciones están presentes en todos los ámbitos de la vida. Los futbolistas son seres humanos y también pueden caer en las garras del “infierno”. Lo cierto es que fútbol y alcohol se pueden mezclar, pero que sea de la cancha para afuera. O del bar para adentro.