Los 80 del dueño de Playboy. Hugh Hefner dijo que no cambiaría nada de su vida

Dice que encarna el sueño del ciudadano promedio: vivir rodeado de bellezas. Su misión política: acostarse con todas las mujeres que pueda, lleva "miles" pero ahora está de novio con "tres". El creador del imperio Playboy tuvo torta e invito a todos sus amigos, incluyendo al director Oliver Stone y al magnate Donald Trump.

Por Canal26

Lunes 10 de Abril de 2006 - 00:00

 

Cumplió 80 años y todavía se siente como un conejito. Hugh Hefner celebró su octava década de vida con una fiesta tan legendaria como su mansión.

Como todo abuelito, para sus 80 años el creador del imperio Playboy tuvo torta e invito a todos sus amigos, incluyendo al director Oliver Stone y al magnate Donald Trump. Pero este ancianito es tal vez el único en el mundo que pueda ostentar de llamar a una pijamada para su cumpleaños y obtenga tan buena receptividad.

 

Hasta Paris Hilton asistió con su mejor atuendo de cama para el ochenta aniversario de un exótico hombre que, a pesar de sus canas, hace tiempo decidió que antes de vivir con una mujer de 75, era mejor estar con tres de 25. 

 

EL HAREM DE HUGH

 

Si a alguien le faltan pruebas para decir que Playboy se vende sólo por sus textos y no por sus fotos, aquí va una: hay una edición de Playboy en Braille, la escritura para ciegos.

 

Hugh Hefner, fundador de la revista para hombres, al contrario que muchos de sus lectores, nunca dijo que las fotos no le importan. A pesar de que este domingo cumplió 80 años, hasta hace poco el editor estaba liado con siete rubias, que juntas sumaban sólo unos años más de los que tiene él. Hoy sólo tiene tres, porque con la edad va teniendo dificultades para recordar tantos nombres.

 

Por lo demás, todo es como antes. A Hefner le gusta lucir de día un pijama negro de seda, tiene un espejo en el techo de su dormitorio e insiste en que vive el sueño secreto de cualquier estadunidense: vivir 60 años con veinteañeras.

 

Hijo de una familia protestante de Chicago, que en realidad quería ser misionero, Hefner es parte esencial de la cultura estadunidense. El New York Times escribió una vez que la revista fundada en 1953 para el “entretenimiento masculino” “revolucionó el sexo americano”.

 

Hefner, que desprecia la falsa modestia tanto como a las mujeres maduras, suele hablar de sí mismo como el libertador de Estados Unidos. Dice que considera una misión política acostarse con la mayor cantidad de mujeres posible. Y asegura que lo hizo con miles.
La industria publicitaria pronto entendió que en los lectores de Playboy había un nicho de consumidores de autos deportivos, perfumes, cigarrillos, alcohol y potenciadores sexuales.

 

La época de gloria de la revista fue en los 60 y 70. Pero luego llegaron las feministas, el sida y, sobre todo, ediciones pornográficas mucho más agresivas. Playboy ya no provoca a nadie, y su tiro actual es de 3 millones de ejemplares.

 

Hefner, que desde 1985 dio la dirección de la revista a su hija, ha renacido y sigue rodeándose de bellas en su mansión, donde ofrece fiestas siempre legendarias y a las que todos quieren asistir. “Entre nosotros hay tanto amor y alegría, que no me cambiaría por nadie”, dice Hefner, sonriendo.