Luciana Salazar en Playboy: “No me importó estar con una chica”

La rubia comenzó a hacer sus primeros trabajos como Conejita y debió hacer escenas picantes con otra mujer. Quedó conforme y dijo que todo fue "muy profesional". Aunque asegura que hubo buena onda con todo el equipo, parece que sus compañeros se quejaron de sus "caprichos de diva". ¡Hay Lulu...!

Por Canal26

Miércoles 19 de Octubre de 2005 - 00:00

 

Luciana Salazar comenzó a trabajar en su nueva faceta de conejita de Playboy. Tuvo que hacer tomas con mucho erotismo y sensualidad. También desnudos, aunque ella dice que “siempre hay algo” que no muestra.

Claro que en Playboy hay cosas, que por más que uno quiere, no pueden dejar de retratarse y filmarse: las escenas hot entre mujeres, según dijo a la revista Gente.

“Yo siempre decía: Nunca en mi vida voy a estar con una mujer. Lo decía desde el punto de vista de la sexualidad”, pensaba Luciana antes de firmar con la empresa de las Conejitas.

Pero debió cambiar de parecer y ahora habló del momento cumbre que debió pasar: “Fue todo un desafío tocar a una mujer. Es más, siempre pensaba que: Si me surge una ficción para hacer escenas lésbicas, ¿cómo voy a hacer? Acá no sé que me pasó, no sé si fue el lugar o qué, la cuestión es que no me importó estar con una chica”.

Para ello tuvo alguien que la “incentivó en todo momento. “Gaby (Rocca, el fotógrafo) nos hizo sentir muy cómodas. Nos fue llevando, nos fue llevando… y lo hicimos como si nada. Seguramente me destapó algunas cosas que tenía reprimida”.

Luciana aclaró que fue todo “muy profesional” y que “nunca” vio a la otra chica como un objeto sexual y reafirmó su amor por los hombres: “Igual creo que por mis hormonas toda la vida voy a ser heterosexual: me gusta el hombre”.

“Me divertí mucho. Hubo muy buena onda con todo el equipo. Lo pasé como nunca en mi vida. Fueron dos semanas geniales”, dijo Luciana sobre este primer trabajo, pero parece que muchos técnicos y productores aseguraron que tuvo muchos “caprichos” de diva y la acusaron de malos tratos.

“¡Tengo hambre! ¡Tengo frío! ¡Quiero bañarme!, gritaba Salazar mientras los técnicos y productores corrían por todos lados para cumplir con sus pedidos. Hay Luciana, que no se te suba el éxito a la cabeza…