Murió Blanquita Amaro

... Brindó días de gloria a su patria natal llevando a los más diversos públicos del mundo, incluido el del continente africano, los ritmos de la isla tropical que ella popularizó e hizo admirar con sus sensuales movimientos y refinado estilo.

Blanquita Amaro se destacó también como actriz, habiendo trabajado en cerca de una veintena de películas en el cine cubano y en el argentino sobre todo. Entre esas películas figuran la primera, “Estampas Habaneras” (1939), “Embrujo Antillano” (1947), “Casada y Señorita” (1954) “Rincón Criollo” (1950), “A la Habana me voy” (1951)

Amaro nació el 30 de junio de 1923 en San Antonio de los Baños, provincia de La Habana. Desde muy joven comenzó su gloriosa carrera, en el Teatro Yara, de la Víbora, uno de los barrios de La Habana. Los éxitos más sobresalientes de su carrera los cosechó en Panamá y Argentina en los “años de oro” de su cinematografía, donde causó sensación y se mantuvo por muchos años como una de las actrices y bailarinas más admiradas y seguidas por un público fiel. En su carrera no faltó quien perdió el control ante la atractiva figura de Amaro, de lo que con su peculiar humor escribió Rosendo Rosell: “Esta bellísima mujer, arrebataba en los escenario de toda América y el bastón que alguna vez le han visto ustedes usar, fue la brutal consecuencia de un desaforado admirador en Centroamérica...(que)inició la avalancha que los policías detuvieron”.

Se casó en primeras nupcias con el empresario Orlando Villegas, quien fue además de su esposo, su director, representante y bongosero. Con Villegas tuvo a su hija Idania, artista y bailarina también, lamentablemente fallecida joven aun.

En el exilio, Blanquita Amaro hizo algunas presentaciones con su hija Idania, sufriendo un lamentable accidente de largas consecuencias.