Nuevas restricciones por segunda ola de coronavirus: la ansiedad y el estrés en medio de la necesidad de cuidarnos

Las nuevas medidas de reducción de circulación y nocturnidad por el imparable número de casos nos retrotrae a los primeros meses del 2020. ¿Qué hacer con los niños?, ¿los adultos mayores pueden sufrir mayores consecuencias?: todas las respuestas las brinda el Licenciado Flavio Calvo.

Por Matias Greisert

Viernes 16 de Abril de 2021 - 11:12

Efectos psicológicos del confinamientoEfectos psicológicos del confinamiento

En medio del peor momento de la pandemia, las medidas de restricción volvieron a extremarse y con ellas, las dudas e incertidumbres vinculadas a un confinamiento necesario para evitar la suba de contagios.

 

Para brindar respuestas a las principales consultas de millones de argentinos, Diario 26 dialogó con el Licenciado en psicología Flavio Calvo (MN: 66869), quien abordó los diferentes puntos en medio de los recientes anuncios oficiales.

 

“Las nuevas medidas con respecto al coronavirus generan malestar y ansiedad en la población, más allá de que sean comprensibles, lógicas y esperables. En muchos generan una sensación de vuelta atrás, una idea de retroceso, que despierta ciertas emociones negativas en las personas. Quienes vivieron el 2020 como un año difícil, ven ante estas medidas un peligro, una situación de alerta que despierta el estar más a la espera de un evento perjudicial. Esto genera estrés y ansiedad, ya que el cuerpo empieza a disparar una respuesta ante esta situación de alerta constante, en la que el sistema nervioso simpático comienza a liberar adrenalina y generar sensaciones ligadas a lo ansiógeno. Esto hace que muchas veces en esa búsqueda de anticipar lo que puede pasar entremos en una sobrecarga de información innecesaria, que nos limita y que limita nuestros pensamientos, llevándolos hacia rumiaciones y juicios negativos constantes. Por lo cual, es bueno en esto buscar, aunque sea de manera mecánica, conectar con nuestra parte más racional, que ve la necesidad e importancia de estas medidas, separándonos así se nuestra parte más emocional, ligada a la frustración, y de esta manera cuidarnos, cuidando a los demás”, comentó el también docente.

 

En relación a lo que viven niños y adolescentes, luego de una nueva cancelación de clases presenciales y reducción de encuentros sociales, el especialista señaló: “Aunque en todas las edades podemos estar afectados de diferentes maneras, tanto en la niñez como en la adolescencia hay factores que hacen que puedan sentirse más afectados. En la niñez se dan dos factores, en primer lugar, en los más pequeños, la falta de comprensión de la situación por la cual pueden volver a estar encerrados y con poco contacto con el exterior y otros niños o familia. Si todos tenemos una parte racional y otra emocional, en los niños pequeños la parte más racional aún no está del todo desarrollada, por lo que es más probable que conecten con la frustración. Es una importante tarea para padres y cuidadores, ser conscientes de esto y preparar un espacio de desarrollo de la creatividad y de expresión de emociones, para poder lidiar con este momento en particular”.

 Efectos psicológicos del confinamiento

“En niños más grandes y en especial en adolescentes es muy importante la socialización. Para el adolescente el contacto con el grupo de pares es primordial. Evolutivamente el adolescente necesita de su grupo de pares y de moverse en “manada”, es un proceso que lo va disponiendo a experimentar roles e ir desarrollando una mentalidad adulta que lo prepare para la salida de su familia de origen a formar la propia. Esta necesidad de estar en grupo de amigos se ve afectada por las medidas de cuidado, y es lógico que esto genere malestar en ellos. De todos modos, es bueno se conscientes de la importancia del cuidado ya que esto, aunque parezca eterno, es algo pasajero que se resolverá. El gran problema es que el adolescente es más propenso a vivir el momento presente y a no esperar a futuro, es más impulsivo. De todas maneras, esto puede convertirse en una oportunidad para trabajar la tolerancia a la frustración y desarrollar un pensamiento más orientado a medir las consecuencias de nuestros actos”, completó.

 

En cuanto a los adultos mayores, también surgen incertidumbres y mayor propensión al encierro extremo. Sin embargo, el autor pone el foco en la importancia de una salida habitual para evitar complicaciones psicológicas: “Para algunos puede ser un año vivido diferente, para muchos de ellos se suma la incertidumbre de cuantos años más van a tener y la tristeza de no poder aprovechar éste al máximo de su potencial, estando muchas veces separados de sus seres queridos. El encierro puede producir estos pensamientos negativos y rumiantes, por lo que encontrar un espacio de actividad es importante. Salir a caminar es una propuesta importante. Dentro de sus posibilidades, todo lo que sea actividad aeróbica, más allá de salir de un espacio de encierro, genera en el cuerpo serotonina y endorfinas, que son hormonas que colaboran para mejorar la calidad de vida y de pensamientos. Es importante, además, la comunicación constante con ellos, para que a pesar de las distancias se sientan acompañados, ya que el contacto con los demás también es muy importante en esta etapa vital”.

 

Otro punto vital en el cuidado para evitar complicaciones ante el coronavirus es la vacuna. Los adultos mayores se ven inmersos en un nuevo evento en sus vidas que puede generar diversas sensaciones. Ante esto, Flavio Calvo analiza: “La vacunación en los adultos mayores ha impactado emocionalmente de diferentes maneras. Puede influir de una forma negativa, ya que muchos al estar vacunados creen que no es necesario seguir tan al pie de la letra las medidas de prevención, lo que los pone en un riesgo, aun estando inoculados.  Por otro lado, en general, la posibilidad de vacunación está siendo un espacio de alegría y esperanza para las personas mayores, ya que abre la posibilidad a que, en breve, puedan reencontrarse de manera más libre con sus seres amados”.

 

La virtualidad se hizo presente más que nunca en las consultas profesionales durante la pandemia. En este caso, el licenciado comentó cuáles fueron las principales motivos: “Las consultas que aumentaron fueron las relacionadas con la ansiedad y la tolerancia al malestar. El sol, la actividad física y el poder ir cambiando de ambientes son reductores de la ansiedad y, al estar en una situación limitada en cuanto a todos estos aspectos, se produjo un aumento de propensión a la ansiedad, a la que se sumó la sobreinformación, los videos y audios catastróficos que circulaban por WhatsApp, y la incertidumbre ante una enfermedad hasta el momento completamente desconocida. Por otro lado, como consecuencia también hubo otro tipo de consultas, más ligadas a las relaciones interpersonales y de familia. Parejas en crisis, que habían tapado esas complicaciones con sus trabajo o actividades y que de pronto se veían obligadas a convivir 24/7 y tener que enfrentar su situación. Personas que vivieron solas el aislamiento, personas que por el aislamiento decidieron convivir, y todo lo que emocionalmente esto implica. Asimismo, hubo también personas que se vieron obligadas a suspender su espacio terapéutico por no tener las condiciones necesarias de privacidad para sostenerlo”.

 

Otra de las cuestiones que se presentaron en la nota tiene que ver con los signos a tener en cuenta para estar alerta que se presentaron durante la pandemia: “Los trastornos del sueño fueron otra de las patologías que se desarrollaron a partir del aislamiento. El hecho de estar todo el día en casa hizo que muchos cambiaran los horarios de sus rutinas extendiéndolos por la noche, lo que hace que cambie el ciclo del sueño y genere un cambio en el dormir. A esto se suma el impacto que tiene sobre el buen sueño el uso de pantallas: según una investigación relacionada al aislamiento e internet, las personas pasaron de un promedio de una a tres horas frente a una pantalla a pasar entre 9 y 12 horas frente a ella. Las pantallas impactan sobre el organismo como lo hace la luz solar, limitando la generación de melatonina, que es la hormona responsable de la inducción al sueño. Por lo que todos estos factores, fueron responsables de diferentes tipos de desórdenes a la hora de dormir, donde no solo entra el insomnio, sino también sonambulismo, o parálisis del sueño. El hecho de que muchos, por tener poco espacio, realizaran actividades laborales, o de estudio desde la cama, también aumentó la posibilidad de que estos trastornos del sueño ocurran".

 

Por último y para cerrar una charla llena de conceptos, Calvo comentó la posibilidad de una “rebeldía psicológica” que termine complicando los cuidados para contener al COVID-19: “Desde la niñez todos desarrollamos una parte sumisa y una parte rebelde que pueden ser o no adecuadas de acuerdo al contexto. Puede suceder que, en muchos casos, esta sensación de vuelta atrás, que pueden producir las nuevas medidas de cuidado, activen su parte rebelde, ya que no tienen las herramientas suficientes para esgrimir la frustración. Es posible que, ante la actitud rebelde de algunos, otros se sumen por imitación a esa rebeldía, o por enojo hacia ella”.

Por Matías Greisert

Tw: @MatíasGreisert

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