Virginia Ogando tenía 38 años y buscaba a su hermano. Su drástico final generó profundo pesar en las Abuelas de Plaza de Mayo y diversos organismos de derechos humanos.
Por Canal26
Miércoles 17 de Agosto de 2011 - 00:00
"Vicky", tal como se la conocía, tenía tres años en octubre de 1976 cuando se produjo el secuestro de su madre Stella Maris Montesano de Ogando, embarazada de ocho meses, y de su padre, Jorge Oscar Ogando, ambos militantes en el PRT-ERP.
La noche del operativo en su casa en La Plata, Vicky estaba durmiendo la cuna y cuando la patota compuesta por miembros de las fuerzas militares y policiales se retiró, una vecina buscó a Virginia y la puso en contacto con su abuela, Delia Giovanola de Califano, quien se encargó de la crianza y fue una de las doce fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo.
De hecho, Delia pasó este año por la sala de audiencias de los Tribunales de Retiro y declaró como testigo ante el Tribunal Oral Federal 6, en el juicio sobre el plan sistemático de robo de bebés.
El Gobierno, a través de secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, expresó su "profundo dolor por la trágica decisión de Virginia Ogando de poner fin a su vida".
"Virginia Ogando, a pesar de su voluntad de hacer y de su compromiso militante, no pudo superar las profundas secuelas traumáticas de su historia personal, teniendo en cuenta el horror inimaginable a que fueron sometidos quienes fueron detenidos-desaparecidos, y el no hallazgo del hermano que buscó afanosamente", indicó la Secretaría en comunicado.
Y agregó que "ni el afecto de su abuela y demás familiares, compañeros y amigos, ni la asistencia psicológica, pudieron en su caso contra las huellas imborrables de aquel descenso a los infiernos del terrorismo de Estado", por lo que remarcó que "su muerte es también un crimen imputable a los genocidas".
Según testimonios de sobrevivientes, Jorge permaneció en el centro clandestino de detención "Pozo de Banfield", mientras que Stella Maris fue vista en el CCD "La Cacha" y luego fue llevada a parir a Pozo de Banfield, donde dio a luz a un niño el 5 de diciembre de 1976 al que llamó Martín.
Después del parto fue trasladada al CCD "Pozo de Quilmes", aunque ambos continúan desaparecidos.
Junto a Delia, Virginia buscó incansablemente a su hermano Martín: desde el Banco de la Provincia de Buenos Aires, donde también trabajó su padre, Virginia organizó campañas de difusión para encontrarlo.
Por medio de Internet y de las redes sociales multiplicó sus esfuerzos para profundizar la búsqueda que realiza Abuelas: creó una web, www.virginiaogandobuscasuhermano.org, en la que publicó una serie de bellas cartas –"cual mensajes echados al mar en una botella"–, dirigidas a su hermano.
"Se ilusionaba cada vez que tenía una pista sobre su hermano, lloraba cada vez que el resultado no era el esperado. Su temprana partida nos ha generado una impotencia infinita y una herida en el alma imposible de sanar. Nos queda, a todos y a todas, seguir con su búsqueda y cumplir con su deseo de encontrar a Martín", indicaron las Abuelas en un comunicado.
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