Pudo evitar la guerra de Malvinas: la solución que propuso Argentina hace 140 años por las islas y los británicos se negaron

Era 1888 y el Gobierno de aquel entonces buscaba dar por finalizado todos los conflictos limítrofes. En qué se basaba el ofrecimiento y por qué el Reino Unido se negó a aplicarlo.
Soldados argentinos
Soldados argentinos Foto: Archivo Infobae

El 2 de abril de 2025 se cumplieron 43 años del inicio de la Guerra de Malvinas, un conflicto que enfrentó a la Argentina y Reino Unido por la soberanía de las Islas. Pero este derramamiento de sangre pudo evitarse casi 94 años antes si los británicos aceptaban la propuesta del entonces gobierno del presidente Julio Argentino Roca.

La solución en aquel entonces era la más utilizada: el arbitraje internacional. En 1888, Argentina elevó formalmente una propuesta, así un tribunal de arbitraje internacional pusiera punto final a una disputa a través del derecho. ¿Por qué no se pudo avanzar?

Islas Malvinas. Foto: NA.

Una propuesta que pudo cambiarlo todo

Para 1884, había finalizado gran parte de la delimitación de su territorio nacional y así el presidente Roca consideró un buen momento para avanzar con un reclamo pendiente desde 1833.

Norberto Quirno Costa, Ministro de Relaciones Exteriores argentino, transmitió la propuesta al gobierno británico a través del representante diplomático de ese país. El gobierno argentino exponía su deseo de mantener buenas relaciones con el Reino Unido, pero una firme convicción de que la cuestión de las Malvinas debía resolverse en el marco del derecho internacional.

Roca, presidente de la Nación, Norberto Quirno Costa, luego sería vicepresidente, y el general Bartolomé Mitre Foto: fdra-historia

“El más grande interés de la República es conservar bajo el mejor pie de amistad las relaciones con Gran Bretaña, sin que pudiera dar ocasión a que ellas se alteren en una discusión amistosa y razonada sobre un punto de derecho internacional, como el de la soberanía de las islas”, expresaba la comunicación oficial.

Pero esto no pudo avanzar, el Reino Unido no aceptó la propuesta argentina y rechazó someter el caso a arbitraje, evitando cualquier instancia de negociación. Esta actitud se mantuvo durante más de un siglo y a pesar de que ese mecanismo había sido fomentado por Gran Bretaña en distintos conflictos entre naciones sudamericanas.

El arbitraje internacional

Este era el mecanismo más pacífico de resolución de conflictos entre países. Las partes en disputa aceptaban someter su caso a un tribunal imparcial, analizando la evidencia y dicta un fallo.

Argentina lo conocía muy bien, había recurrido con éxito en otras disputas territoriales como la de la Patagonia con Chile.

Islas Malvinas. Foto: Cancillería Argentina.
Islas Malvinas. Foto: Cancillería Argentina.

La OEA apoyó el reclamo de Argentina por las Islas Malvinas

La 55 Asamblea General de la OEA, celebrada en Antigua y Barbuda, aprobó por aclamación la resolución que cada año presenta Argentina sobre la disputa por las Malvinas, que fueron ocupadas en 1833.

El texto “reafirma la necesidad de que los Gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden, cuanto antes, las negociaciones sobre la disputa de soberanía, con el objeto de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia”.

Los Estados miembros expresaron su “satisfacción” por la voluntad de Argentina de “continuar explorando todas las vías posibles para la solución pacífica de la controversia y por su actitud constructiva en favor de los habitantes” del archipiélago ocupado ilegalmente.

El enemigo invisible que Argentina debió afrontar y decidió la guerra

Tras el éxito de la Operación Rosario, Argentina retoma el control de las Islas Malvinas mientras se prepara para el contraataque británico. Pero desde las sombras un enemigo en silencio se une a la “cruzada al sur” dirigida por Margaret Thatcher: Francia.

Desde París, el presidente socialista Mitterrand no tardó en contactar a la conservadora Thatcher para asegurarle el total respaldo francés en el conflicto. Dos días después, el 4 de abril, el ministro de Defensa galo recibió un pedido británico de asistencia técnica para evaluar las capacidades aéreas argentinas. La respuesta fue inmediata.

Mitterrand y Thatcher. Foto: The Independent
Mitterrand y Thatcher. Foto: The Independent

Pilotos franceses expertos en aviones Mirage volaron al Reino Unido para realizar maniobras conjuntas con los Harrier británicos. El objetivo era claro: enseñarles cómo contrarrestar el poder aéreo argentino equipado con tecnología francesa. Además, Francia bloqueó el envío de diez misiles Exocet y detuvo toda entrega de armamentos que la Armada Argentina ya había adquirido antes del conflicto, sumándose al bloqueo establecido por la comunidad europea.

Soldados argentinos en Malvinas
Soldados argentinos en Malvinas

Pero el apoyo del París, además de técnico y político, fue logístico. En un acto que casi roza la declaración de guerra, Francia exigió a Senegal -una de sus ex colonias- que permitiera a los británicos operar desde el aeropuerto de Dakar para facilitarle la conexión aérea hacia la isla Ascensión. Desde esta isla controlada por Estados Unidos, despegaron los bombarderos británicos que atacaron sin cesar las Malvinas.

Aunque muchas veces busca ocultarse, el apoyo de Francia, la OTAN y la comunidad europea fue clave para la victoria de Reino Unido. De otra manera, se habría visto obligado a negociar ante la valiente resistencia argentina.