Historia de la veda electoral argentina: cómo nació la práctica para impedir el escandaloso fraude en las urnas

Una práctica realizada en gran parte del siglo XX. Aunque pareciera que siempre fue de la mano con la jornada electoral, esto es consecuencia de una búsqueda por la transparencia e intentar ponerle fin a la trampa.
La veda electoral buscaba ponerle fin al fraude
La veda electoral buscaba ponerle fin al fraude Foto: Wikipedia

Aunque el concepto de veda electoral acompaña hace mucho tiempo a los argentinos en cada elección, su historia es bastante posterior y tenía un claro objetivo. Para empezar, no nació en este país y se trata de una práctica adoptada por la mayoría de las democracias a nivel mundial en la que se refiere a ciertas restricciones que se aplican por ley durante el proceso.

Qué es la veda electoral

Es un recurso histórico de los gobiernos democráticos, diseñado para garantizar la libertad del voto y su secreto. Cada país elige las restricciones que se establecen y por cuánto tiempo se mantendrán. En la mayoría de los países dura entre 24 y 48 horas, aunque puede llegar a los tres días de duración en algunos casos.

La veda electoral se ve expresada en el artículo 71 del Código Electoral, regulado por la Cámara Nacional Electoral, donde certifica que debe comenzar 48 horas antes de la apertura de los comicios y finalizar tres horas después.

La veda electoral se ve expresada en el artículo 71 del Código Electoral Foto: Wikipedia

La historia de la veda electoral

Para entender su implementación en el país hay que remontarse al siglo XIX cuando las campañas no estaban reguladas por la ley. No había límites para la expresión pública momentos antes de ejercer el voto, tanto para quiénes debían acercarse a las urnas como los candidatos.

La primera ley, por así decirlo, fue la de 1902, sancionada durante el segundo gobierno de Julio Argentino Roca. No permitía a los electores el uso de banderas, divisas u otros distintivos durante todo el día de la elección y la noche del mismo. Al aprobarse la Ley Sáenz Peña, esta regulación se amplió a las noches anteriores y siguientes a la elección. Vale aclarar que solo podían votar los ciudadanos argentinos y naturalizados varones mayores de 18 años, en un contexto donde el fraude era moneda corriente.

Cuando se iba a elegir representantes, los ciudadanos concurrían como parte de un grupo y al momento decisivo de la elección, no era de extrañar que se diera un enfrentamiento armado. Cuando una de las partes había logrado imponerse sobre la otra y establecer la mesa electoral, el resultado ya estaba definido.

Carlos Pellegrini emite su voto en un atrio de iglesia al aire libre Foto: Wikipedia

El intento de veda electoral no fue suficiente y muchas de las prácticas políticas de principios del siglo XX que se buscaba erradicar continuaron existiendo. Se introdujo el cuarto oscuro para individualizar el proceso de votación.

La ley electoral del peronismo de 1951 seguía prohibiendo exhibir signos partidarios y sumó dos elementos: negativa a realizar cualquier forma de propaganda política 12 horas antes y hasta tres horas después de finalizados los comicios. A eso sumarle penas de prisión o multas a quienes durante ese lapso de tiempo portaran armas.

Cuando Perón es derrocado en 1955, la Revolución Libertadora derogó esta ley electoral y retomó, en un decreto, una regulación idéntica a la propuesta por Perón.

Mesa de votación ubicada en el atrio de una iglesia Foto: Wikipedia

La legislación que hoy conocemos se impuso en 1972, para la elección en la que compitieron Cámpora y Balbín. Se mantuvieron las restricciones anteriores y se sumaron nuevas: se prohibió el depósito de armas cercano a las mesas de votación; también las reuniones de electores, los espectáculos populares y el expendio de bebidas alcohólicas. Además, se prohibió el reparto de boletas cerca de los centros electorales y comenzó la costumbre de impedir actos proselitistas desde 48 horas antes del inicio de los comicios.

La última modificación en lo que respecta a la veda es la difusión de encuestas. Desde 2009 se prohibió darlas a publicidad desde ocho días antes de los comicios y por las tres horas siguientes al cierre.

Qué se puede hacer y qué no hasta el domingo 26 de octubre

El viernes 24 comenzó la veda electoral a las 8.00 de la mañana. Este período, de 48 horas antes de la apertura de las urnas, prohíbe expresamente a los ciudadanos realizar actos públicos de proselitismo, así como tampoco se puede publicar y difundir encuestas o sondeos de opinión. Como prohibición extra, no se pueden vender bebidas alcohólicas.

Las mesas de votación estarán abiertas a partir de las 8.00 de la mañana y hasta las 18.00 h.

Durante toda la jornada electoral y hasta tres horas después del cierre de los comicios, es decir, hasta las 21.00, estará prohibido publicar o difundir encuestas, sondeos y proyecciones sobre los resultados.