Queda en Villa Devoto y la inmortalizó Diego Maradona: por qué la calle Segurola se llama así
“Lo espero en Segurola y Habana”, dijo Diego cuando invitó a “pelear” a Julio César Toresani en la década del 90. ¿Por qué este icónico rincón del barrio recibió este nombre?

La Ciudad de Buenos Aires está repleta de rincones bautizados como maradonianos, desde la cacha de Argentinos Juniors, su primera casa en La Paternal a La Bombonera. Pero hay solo una esquina icónica, la de Segurola y Habana en el barrio de Villa Devoto.
En primavera de 1995, durante un partido de fútbol entre Boca y Colón, Maradona “invitó a pelear” a Julio César Toresani luego de que descargara su enojo: “Me hizo echar Maradona, no me importa un carajo, lo iría a pelear a su casa”. Fue así que el 10 no se quedó callado y contestó: “Lo espero en Segurola y Habana”.
Los Maradona vivían por aquella época en un departamento ubicado en la esquina del porteño barrio de Devoto, en las calles mencionadas. Una lleva ese nombre en homenaje a la capital de Cuba, pero la otra puede resultar un misterio para más de uno.

¿Por qué la calle Segurola se llama así?
Se debe en homenaje a Saturnino Segurola, un sacerdote de la época del Virreinato del Río de la Plata que impulsó la vacuna antivariólica y fue director de la Biblioteca Nacional. Nació el 11 de febrero de 1776, hijo de Bernarda Lezica y de Francisco de Segurola Çelayarán y Oliden.
Para entender su importancia en la historia argentina hay que hablar de la viruela, una enfermedad infecciosa provocada por un virus y fue el médico rural británico, Edward Jenner, quien descubrió una vacuna contra esta enfermedad. No tardaría mucho tiempo en llegar al Río de la Plata, las autoridades buscaron así medidas para evitar un brote.

Segurola tenía 29 años, ya era cura y siempre demostró un especial interés por el estudio de las cuestiones históricas, arqueológicas y médicas. Como era de esperarse, se tomó la cuestión de la vacunación muy en serio. Para el 2 de agosto de 1805, el virrey, presenció la primera vacunación y alentó a los clérigos de las parroquias de esa ciudad y a sus alcaldes de barrio a que animasen a la gente a dejarse vacunar.
Por 16 años Segurola vacunó todos los jueves por la tarde en su quinta situada en lo que hoy es Caballito. También ganó notoriedad por ser electo diputado en la famosa Asamblea del Año XIII, director de la Casa de Niños Expósitos y luego Inspector General de Escuelas.
Por orden del Segundo Triunvirato elaboró un reglamento de vacunación, a la par los diarios mantenían una campaña de esclarecimiento y persuasión. “Hay que precaverse por medio de la vacuna, de esa plaga cuyo horror hace que el amigo abandone al amigo, el marido a la esposa y los padres a sus hijos, dejándolos perecer a manos, si no del contagio, de la necesidad”, escribía La Gaceta.
Pasaron los años y en la época de Rosas el Estado le quitó el apoyo económico a la Casa de Niños Expósitos, recién recibiría una pensión de manos de Urquiza. Murió en su casa el 23 de abril de 1854 a los 78 años. Su sepulcro en la Catedral de Buenos Aires es Monumento Histórico Nacional.

Cómo es la Avenida Segurola
Nace en la Avenida Rivadavia, a pocos metros de la estación Floresta, y es la continuación de la Calle Mariano Acosta. Su recorrido es en sentido sudeste-noroeste. Durante sus primeros mil metros de recorrido sirve de límite entre los barrios de Vélez Sársfield y Floresta en donde cruza dos importantes avenidas: Gaona y Juan B. Justo.
Desde la calle Juan A. García forma parte del territorio de Monte Castro, pero a partir de la calle Baigorria ya es Villa Devoto. Cruza la concurrida Avenida Francisco Beiró, siguiendo unos quinientos metros más hacia adelante hasta la intersección con las vías del Ferrocarril General San Martín, en cercanías de la Estación Devoto.
Termina en la Avenida General Mosconi, a metros de la Avenida General Paz.

















