El corazón colonial de Buenos Aires aún está en pie y puede visitarse: secretos de la Manzana de las Luces
Una joya arquitectónica en la ciudad para conocer y entender cómo fueron las primeras décadas de la capital argentina. Cómo logró conservarse este espacio y qué se puede ver.

Buenos Aires tiene cientos de rincones para conocer y seguir sorprendiéndose de la capital argentina. Con más de 200 años de historia hay esquinas que aún se sostienen en el tiempo, listas para revelar secretos del pasado. Entre las calles Alsina, Moreno, Bolívar y Perú, se encuentra un conjunto de edificios que guarda siglos de memoria y misterio: la Manzana de las Luces.
Este lugar no solo resalta por su antigüedad, también por haber sido escenario de importantes acontecimientos desde la época colonial hasta la actualidad, albergando instituciones educativas, religiosas y gubernamentales. Además, cuenta con legendarios túneles subterráneos que despiertan la curiosidad de cualquiera.

La historia de la Manzana de las Luces
Tiene su origen a comienzos del siglo XVII con la llegada de los jesuitas. Allí construyeron su residencia, la Iglesia y el Colegio de San Ignacio, actual Colegio Nacional de Buenos Aires. A lo largo de los años fue sede de instituciones la Junta de Temporalidades (1767), el Tribunal del Protomedicato (1780), la Imprenta de Niños Expósitos (1783), la Universidad de Buenos Aires (1821), la Academia de Medicina (1822), Departamento de Ciencias Exactas (1865) y la Academia de Jurisprudencia (1865).
El nombre se lo debe a un artículo del periódico “El Argos” en 1821. Se lo llamó así por las instituciones de carácter cultural que funcionaban allí, ya que también fue sede de la Biblioteca Nacional, del primer teatro, el primer museo y el primer banco de la ciudad.

Entre las construcciones se encuentra la Procuraduría de las Misiones, un edificio de ladrillo de dos plantas construido en 1730 en la esquina de las calles Perú y Alsina. Funcionaba como sede administrativa del comercio generado por las Misiones Jesuíticas y alojaba a indígenas de las reducciones que venían a Buenos Aires para cumplir diferentes tareas.
La Sala de Representantes es otro espacio histórico de suma importancia, diseñada por Próspero Catelin como sede de la legislatura bonaerense, testigo de juras presidenciales como Rivadavia y Mitre, y luego sede del Concejo Deliberante y el Aula Magna de la UBA.
Los famosos túneles
Uno de los aspectos más apasionantes de la Manzana de las Luces son sus túneles coloniales, construidos entre los siglos XVII y XVIII. Conectaban iglesias, edificios públicos y el Fuerte, cuyos cimientos subsisten debajo de la actual Casa Rosada.
Hay un mapa que data de 1780, ordenado por el Virrey Juan del Pino, en el cual se señala en rosado las manzanas del centro de la ciudad, donde ya aparece delimitada la Manzana de las Luces en detalle el túnel o galería llamada A y su prolongación hacia el sur hacia la casa de Juan Manuel de Rosas (Moreno y Bolívar) y el extremo norte hacia el Cabildo.

Son galerías talladas directamente en la tosca a golpes de pico, a tres o cuatro metros de profundidad, con piso nivelado, paredes verticales y coronamiento abovedado, medidas que van desde 0,90 a 1,60 m de ancho por 2 a 2,2 m de alto. Los motivos de construcciones fueron motivo de debate, desde lograr una comunicación directa entre edificios claves al contrabando en épocas del Virreinato.
Hoy el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces funciona como un importante centro de difusión cultural, que alberga una variada oferta artística e intelectual.

















