Actores impensados: la alianza formada por países del tercer mundo que podría definir el curso de una Guerra Mundial

Soldados africanos. Foto: Unsplash

En un conflicto global, algunos países del tercer mundo podrían tener un impacto significativo debido a su posición geográfica, recursos naturales, o potencial militar, aunque no estén alineados con una superpotencia. Teniendo en cuenta esto, y que los conflictos bélicos y las guerras que se suscitan en distintas partes del mundo muestran un panorama de tensión global, algunas alianzas marcan una postura estratégica contundente.

Un claro ejemplo de esto se da en una de las zonas más conflictivas del planeta: los gobiernos militares de Malí, Burkina Faso y Níger se agruparon en la Alianza de Estados del Sahel. Este pacto de defensa firmado el 16 de septiembre de 2023 demostró ir más allá de una protección conjunta y reconfiguró las relaciones con las potencias mundiales.

La Alianza de los Estados del Sahel. Foto: Wikipedia.

Se trata de una alianza que busca reducir la influencia que los grandes países y potencias del mundo tienen para con las naciones africanas. La ida de las tropas francesas de África, obligó a los ejércitos del Sahel a adoptar una autonomía plena, lo que los lleva también a reforzar la cooperación militar entre los distintos territorios.

Esa cooperación y trabajo conjunto podría ser importante ante un hipotético enfrentamiento en una Tercera Guerra Mundial. Estas acciones, entonces, responden también a una geopolítica centrada en la soberanía que, a su vez, desafía la influencia de Occidente y Estados Unidos.

Ejército de Burkina Faso. Foto: Gobierno de Burkina Faso

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Una alianza que podría derrotar a las potencias militares en una Tercera Guerra Mundial

La posibilidad de que las alianzas estratégicas se impongan ante superpotencias no es algo impensado si se habla de una nueva guerra de orden mundial. La creación de la Alianza de Estados del Sahel, por ejemplo, es una clara muestra de cómo los países del tercer mundo ya se encuentran reforzando sus milicias a partir de la cooperación.

Este movimiento inédito que nació en el corazón de África Occidental busca reducir la influencia extranjera. Se distingue no sólo por su carácter defensivo, sino también por su deseo de reconfigurar el equilibrio geopolítico en el Sahel. Malí, Níger y Burkina Faso, además, poseen actualmente problemáticas similares como la presencia de grupos armados islamistas y crisis humanitarias.

Los tres países miembros de la Alianza de los Estados del Sahel. Foto: Wikipedia.

Si bien todavía es una alianza limitada en materia de recursos, esta cooperación posee también un valor simbólico, ya que representa el deseo claro de toda una región de soberanía local y un cambio de rumbo dentro de la política africana en la zona occidental.

Ciertos analistas indican que, si esta coalición se ve fortalecida en los próximos años, podría convertirse eventualmente en un factor relevante ante el desarrollo de un conflicto bélico geopolítico de magnitudes globales. Esto se debe, también, a que esta alianza controla una porción estratégica del territorio africano que es rica en recursos y tiene conexiones claves hacia el norte de África y el Golfo de Guinea.

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La dura historia de los países miembro de la Alianza de Estados del Sahel

Durante 2023, el Sahel se convirtió en el epicentro de la inseguridad en África Occidental. Mali, Níger, Mauritania, Burkina Faso y Chad comparten la triste realidad de lidiar con una crisis humanitaria, que llevó a 3,8 millones de personas a migrar internamente en sus países de origen y a más de 500.000 a abandonarlos, según Naciones Unidas.Encontrá más vídeos

De los ocho golpes militares de Estado registrados en África a partir de 2020, cinco pertenecen al Sahel. Mali tuvo dos en 2020 y 2021, Burkina Faso sufrió otros dos en 2022 y Níger, el más reciente, que tuvo lugar el año pasado.

Las nuevas juntas militares de estos tres países resultaron estar alineadas en sus intereses y conformaron la Alianza de Estados del Sahel, un pacto defensivo que surge como reemplazo del G5 Sahel y una respuesta a la amenaza yihadista en la región.