Alarma mundial por la pesca ilegal: especies en peligro, barcos chinos y pérdidas millonarias 

Según The Economist, la pesca ilegal representa entre el 20 y el 50% de las capturas a nivel mundial, siendo las ricas aguas de los océanos Índico y Pacífico las más afectadas.

Por Canal26

Jueves 23 de Diciembre de 2021 - 21:10

Buque pesquero chino, REUTERSUn buque, que forma parte de una flota de cientos de barcos pesqueros chinos, Foto: REUTERS


Una vez más, la pesca ilegal vuelve a presentarse como una de las principales amenazas en los océanos de todo el mundo.

 

Las consecuencias son alarmantes: además del daño al ecosistema, las pérdidas económicas son millonarias y se producen diversas violaciones a los derechos humanos producto de esta actividad. Según The Economist, la pesca ilegal representa entre el 20 y el 50% de las capturas a nivel mundial, siendo las ricas aguas de los océanos Índico y Pacífico las más afectadas.

 

“La pesca INDNR existe en todos los tipos y dimensiones de la pesca, ocurre tanto en alta mar como en zonas bajo jurisdicción nacional, afecta a todos los aspectos y etapas de la captura y utilización del pescado y, en ocasiones, puede estar asociada con la delincuencia organizada”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

 

Según el organismo, esta actividad ilícita es realizada “por buques nacionales o extranjeros en aguas bajo la jurisdicción de un Estado, sin el permiso de éste o contraviniendo su legislación”.

 

En ese sentido, China representa el mayor depredador a nivel mundial. En los últimos tiempos encendió las alarmas del continente americano, donde países como Ecuador, Perú, Chile y Argentina, entre otros, vieron crecer la amenaza de los buques pesqueros del régimen chino.

 

En ese marco, Estados Unidos afirmó en noviembre de este año que “la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada ha sustituido a la piratería como principal amenaza para la seguridad marítima mundial”.

 

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) afirma que los países son responsables de sus barcos y de asegurarse de que cumplan las leyes nacionales e internacionales. También conocida como la “Constitución del Mar”, establece la jurisdicción de las naciones sobre sus Zonas Económicas Exclusivas (ZEE), que se extienden hasta 200 millas (321 kilómetros) desde tierra firme. Dentro de ese espacio, sólo los Estados pueden administrar y explotar legítimamente los recursos naturales a través de empresas locales o concediendo licencias a agentes extranjeros.

 

En ese contexto, la FAO sostiene que la pesca ilegal “socava los esfuerzos nacionales y regionales de conservación y ordenación de las poblaciones de peces y, como consecuencia, limita el avance hacia el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad a largo plazo y de responsabilidad”. Además, “representa una gran desventaja y discriminación para los pescadores que actúan con responsabilidad, honestidad y de conformidad con las condiciones de sus autorizaciones de pesca”.

 

Esto hace que esta actividad criminal sea la principal causa de la caída en picada de las poblaciones de peces: sólo una quinta parte de las especies comerciales se pescan de forma sostenible, detalla una nota de Infobae. La pesca ilegal representa además pérdidas millonarias ya que roba a los estados costeros más de 20.000 millones de dólares al año, perjudicando el sustento de millones de pescadores legales. Ese número representa una pérdida de hasta 26 millones de toneladas anuales de pescado.

 

Asimismo, según un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en 2011, las flotas de aguas lejanas a menudo dependen del trabajo forzado y los buques pesqueros se utilizan como barcos nodriza para el contrabando de drogas y armas.

 

The Economist señala que decenas de miles de tripulantes del sudeste asiático y de África trabajan en condiciones infrahumanas por deudas con taiwaneses, chinos “y otros operadores sin escrúpulos de grandes flotas”.

 

Otro de los múltiples efectos de la pesca ilegal es la conocida como “pesca fantasma” que, según la ONU, se da “cuando los aparejos de pesca perdidos o abandonados permanecen en el océano y atrapan peces u otra vida marina, matando indiscriminadamente todo lo que capturan”.

 

“La matanza de peces y otras especies, como ballenas, delfines, focas y tortugas algunas de las cuales están en peligro de extinción, es uno de los muchos impactos devastadores de estos aparejos desechados o abandonados pero que mantiene su capacidad de atrapar a los animales marinos”, agrega.

 

En medio de este panorama de creciente preocupación, para The Economist el año 2022 marcará un punto de inflexión a raíz del acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para obligar a los países a poner fin a la mayor parte de las subvenciones perjudiciales para sus pesquerías. Incluso China, que durante mucho se mostró reacia a esta iniciativa, se vio obligada a ceder ante la presión internacional.

 

Enric Sala, explorador de The National Geographic, advirtió que la supresión de las subvenciones al combustible y a otros productos podría acabar con la mitad de la pesca de altura. “Eso incluiría la devastadora pesca de arrastre de fondo de China en la costa occidental de África”, considerada como “el agujero negro de los mares”.

 

Otra señal de esperanza es la creciente presión de la comunidad internacional para proteger y conservar el 30% de los océanos para 2030.

 

Sobre la tarea de control y patrullaje, Mark Zimring, de The Nature Conservancy, destacó la importancia de la tecnología avanzada, que permite un mejor seguimiento de las flotas pesqueras.

 

A través de imágenes satelitales cada vez más desarrolladas se podrá identificar con mayor facilidad las “flotas oscuras”, detalló.

 

La publicación británica adelantó que a partir del próximo año también se arrojará más luz sobre “las turbias” cadenas de suministro mundiales. Sally Yozell, del Centro Stimson -un centro de estudios estadounidense-, aseveró que un enfoque que haga hincapié en “la trazabilidad y la transparencia” de las cadenas de suministro de productos del mar, desde el momento en que se captura el pescado hasta que llega al país destino, obligará al mercado internacional de productos marítimos a depurar sus actos.

 

Finalmente, resultará también fundamental continuar con los crecientes esfuerzos para perseguir en tierra a los integrantes de las organizaciones criminales. Una tarea poco sencilla, ya que suelen eludir fácilmente a los inspectores portuarios escondidos “tras placas de bronce en jurisdicciones fiscales opacas”. Con información de Infobae.