Lo sucedido despertó revisiones sobre la necesidad de que los vuelos comerciales siempre mantengan al menos dos personas en cabina. Afortunadamente, el piloto automático funcionó sin problemas y no hubo que lamentar una tragedia.
Por Canal26
Martes 20 de Mayo de 2025 - 11:23
Un avión de Lufthansa voló casi 10 minutos sin pilotos. Foto: Web.
El pasado sábado 17 de febrero de 2024, un avión Airbus A321 de la aerolínea Lufthansa atravesó el espacio aéreo español durante aproximadamente ocho minutos sin que ningún piloto estuviera al mando. El copiloto sufrió una repentina y grave pérdida de conciencia justo después de que el comandante se hubiera ausentado brevemente de la cabina para ir al baño.
A pesar de la gravedad potencial de la situación, el piloto automático mantuvo el control de la aeronave y no se registraron incidentes mayores. No obstante, el suceso ha sido objeto de una investigación formal por parte de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC).
El vuelo había partido de Fráncfort, Alemania, con destino a Sevilla, España. El colapso del copiloto, de 38 años, ocurrió cuando el avión se encontraba a unas 88 millas del aeropuerto de Madrid-Barajas, hacia donde fue desviado de forma segura para proceder con un aterrizaje de emergencia.
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Según el informe publicado por el Ministerio de Transportes, mientras el avión se encontraba en ruta, a las 10:31 horas, el comandante, de 43 años, abandonó la cabina de vuelo para dirigirse al baño ubicado en la parte delantera del avión.
Minutos antes, ambos pilotos habían conversado sobre las condiciones meteorológicas y el funcionamiento del avión, en lo que parecía ser una fase rutinaria del vuelo.
Al intentar regresar a la cabina a las 10:39, el comandante siguió el protocolo habitual de acceso. Al no lograr entrar en su primer intento, realizó un segundo, pensando que quizá había tecleado mal el código o que el copiloto estaba momentáneamente ocupado con las tareas de vuelo, sin imaginar que este se encontraba incapacitado.
Pudo haber sido una tragedia, pero afortunadamente no pasó nada grave con el avión de Lufthansa. Foto: Archivo.
El comandante realizó tres intentos más para que luego un tripulante de la cabina realizara una llamada vía interfono a la cabina de vuelo. Como no hubo respuesta, el comandante usó el código de acceso de emergencia.
Poco antes de que se agotara el temporizador del sistema de acceso de emergencia a la cabina, el copiloto logró abrir manualmente la puerta desde el interior.
A las 10:42 horas, el comandante retomó el control de la aeronave y, al evaluar la situación, decidió desviar el vuelo al aeropuerto de Madrid-Barajas, donde el avión aterrizó sin complicaciones. El copiloto fue inmediatamente trasladado a un centro hospitalario para recibir atención médica.
La investigación posterior concluyó que la pérdida de conciencia del copiloto fue provocada por una condición neurológica subyacente que no había sido detectada previamente, ni por el propio afectado ni durante los controles médicos aeronáuticos rutinarios.
Por lo tanto, y como medida preventiva, se le suspendió el certificado médico hasta determinar las causas de este trastorno convulsivo.
Las autoridades españolas definieron al incidente como una circunstancia extraordinaria, y además detallaron que los capitanes están entrenados para situaciones en las que el otro piloto queda incapacitado, por más infrecuentes que sean, como puede ser este ejemplo de un desmayo o incluso la muerte repentina.
Lufthansa fue la aerolínea protagonista de este incidente en pleno vuelo. Foto: Archivo.
Este incidente volvió a resaltar la importancia de contar con una persona autorizada adicional en la cabina de vuelo cuando uno de los pilotos debe ausentarse por razones fisiológicas u operativas. Esta medida podría reducir riesgos en situaciones imprevistas como la vivida.
A raíz de este caso, se ha considerado oportuno emitir una recomendación de seguridad operacional dirigida a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), instándola a revisar las políticas actuales al respecto.
Tras el accidente del vuelo de Germanwings el 24 de marzo de 2015 -en el que un piloto se encerró solo en la cabina y estrelló intencionadamente el avión-, la EASA aconsejó a las aerolíneas que operan grandes aeronaves comerciales con puertas de seguridad en la cabina que evaluaran sus procedimientos y valoraran la necesidad de mantener en todo momento a dos personas presentes en la misma.
Sin embargo, en la actualidad, la EASA no dispone de información precisa sobre cuántas aerolíneas han adoptado esta política de forma permanente.
En el caso concreto del operador del vuelo afectado, sus protocolos han variado a lo largo del tiempo. Durante un período, exigía la presencia constante de dos personas autorizadas en la cabina, pero más adelante modificó esa norma tras considerar que no aportaba un aumento significativo en la seguridad operativa. Actualmente, su procedimiento no contempla esa exigencia.
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