Récord ambiental: China convirtió 93 mil hectáreas de desierto en el bosque artificial más grande del mundo

Con este bosque y el paciente trabajo, el gigante asiático logró bloquear efectivamente el avance hacia el sur del desierto de Hunshandak, que amenazaba ciudades.

Bosques. Foto: Unsplash
Bosques. Foto: Unsplash

Tres generaciones de trabajadores forestales de China lograron transformar 93.000 hectáreas de desierto en el bosque artificial más grande del mundo. Saihanba, ubicado en la provincia de Hebei, logró elevar su cobertura forestal del 11,4% al 82% en seis décadas de arduo y continuo trabajo.

Con este bosque y el paciente trabajo, el gigante asiático logró bloquear efectivamente el avance hacia el sur del desierto de Hunshandak, que amenazaba ciudades.

Por ello, el riesgo de sufrir tormentas de arena en Beijing en primavera se redujo un 70% durante la última década. Además, creó un esencial pulmón verde para el país que hoy es hogar de un vibrante ecosistema de flora y fauna cuidada.

Bosque de Saihanba, China. Foto: Wikipedia

De desierto a barrera ecológica: la historia del bosque de Saihanba en China

Hace 400 años, Saihanba albergaba abundantes recursos forestales y gran biodiversidad. Sin embargo, la deforestación y las guerras convirtieron la zona en un desierto a finales de la dinastía Qing (1644-1911). Las tormentas de arena que allí se generaban amenazaban incluso ciudades grandes como Beijing, Tianjin y otras al norte.

Por ello, en 1962 la Administración Forestal decidió crear la Granja Forestal Mecánica de Saihanba. Para eso, enviaron a 369 silvicultores a la zona para iniciar la plantación de árboles.

Aunque la primera generación enfrentó frío extremo, sequía y herramientas básicas que dificultaron la supervivencia inicial de los árboles, pudieron hacer su trabajo.

Ahora, más de 60 años después, ya hay 59.000 hectáreas cubiertas nuevamente con bosque gracias a la reforestación artificial.

Los resultados del proyecto de reforestación en Saihanba

El área total gestionada alcanza las 93.000 hectáreas, de las cuales el bosque cubre 75.000 hectáreas. Así, mientras la reforestación artificial abarca 59.000 hectáreas, el bosque secundario suma 16.000 hectáreas adicionales.

Este logro permite a Saihanba conservar y purificar 137 millones de metros cúbicos de agua cada año. Además, el bosque fija 747.000 toneladas de dióxido de carbono y libera 545.000 toneladas de oxígeno anualmente, lo que lo vuelve en un enorme pulmón verde esencial para China.

Bosques. Foto: Unsplash.
Bosques. Foto: Unsplash.

Biodiversidad y protección ambiental en este bosque chino

Con los años, la reforestación convirtió al entorno ecológico de Saihanba en una reserva genética de especies. Hoy, el área alberga 261 especies de vertebrados terrestres salvajes, 32 especies de peces, 660 especies de insectos, 179 especies de macrohongos y 625 especies de plantas.

Entre estas especies, hay 47 animales protegidos de importancia nacional y 9 especies de plantas protegidas. Además, el proyecto emplea actualmente a 1.193 trabajadores en nómina y se está considerando la implementación del modelo forestal de cubierta continua.

El plan nacional de reforestación de China

Tras el éxito en Saihanba, a principios del siglo XXI el gobierno chino lanzó un plan de reforestación en todo el país. El objetivo era convertir a China en una eco-civilización, cubriendo de verde un territorio severamente afectado por fenómenos climáticos a finales de los años 90′.

Gracias a esto, desde 2001 China recuperó en promedio 50.000 kilómetros cuadrados de áreas forestales al año, según la Administración Estatal de Silvicultura. Así, para finales de 2020 una cuarta parte del territorio chino estaba cubierta de verde, equivalente a casi 20 millones de hectáreas.

Gracias a este plan, China pasó de un 14% de cobertura boscosa a casi un 23,04%, lo necesario para convertirse en una eco-civilización. Esto implica una reducción de emisiones de dióxido de carbono del 18% y un ahorro hídrico cercano al 23%, según el informe Green is gold.

La inversión en reforestación rondó los 70.000 millones de euros en cinco años. Ningún otro país del mundo ha recuperado tantas áreas verdes como China en este siglo.

Sin embargo, el país sigue liderando la lista de naciones emisoras de CO2 y el 27% de su territorio continúa siendo árido.

Así, aunque aún hay mucho por hacer, los esfuerzos por descontaminar el país mediante la cobertura verde son indiscutibles. Y sus efectos, poco a poco, se notan en la población.