Los incendios generan la liberación de gases de efecto invernadero, afectando la calidad del aire e impactando negativamente sobre la salud.
Por Canal26
Viernes 9 de Junio de 2023 - 17:18
Incendios en Nueva York. Foto: Reuters
El planeta está sufriendo los efectos del cambio climático. Las sequías, las altas temperaturas y los fuertes vientos alimentan los focos de incendios que se encuentran activos en la actualidad. Uno de los países más afectados en el presente es Canadá, ya que cuenta con más de 441 focos forestales activos, cuyos efectos repercuten de manera negativa sobre la salud.
El humo de los incendios forestales contiene diversos gases y partículas, como ozono, monóxido de carbono, compuestos aromáticos policíclicos, dióxido de nitrógeno y partículas. Estos gases de efecto invernadero tienen una estrecha relación con las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
“Antes la gente se exponía una o dos veces en la vida”, afirmó Keith Bein, científico atmosférico, quien añadió que “ahora ocurre cada verano durante más tiempo”.
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"El humo de los incendios forestales es un tipo muy complejo de contaminación atmosférica", afirmó Sarah Henderson, científica de salud ambiental de la Universidad de Columbia, quien agregó que "contiene muchos gases diferentes, y la composición de esas pequeñas partículas puede variar mucho en función de lo que se esté quemando y de la temperatura a la que se esté quemando".
Incendios en Nueva York. Foto: Reuters
Las pequeñas partículas son capaces de penetrar en los pulmones de una persona. Cuando esto sucede, el cuerpo pone en marcha diversos mecanismos para expulsar los invasores extraños, como el caso de la tos.
Frente a esta situación, el cuerpo libera células inmunitarias, las cuales no son capaces de descomponer las partículas del humo, desencadenando una inflamación duradera en el cuerpo. "Esa inflamación afecta a los pulmones, los riñones, el hígado y, probablemente, el cerebro", agregó Henderson.
Esta inflamación es peligrosa para quienes padecen afecciones subyacentes como el asma o EPOC, ya que resulta más difícil hacer llegar el oxígeno al resto del cuerpo, causando una mayor dificultad respiratoria.
“Las consecuencias para la salud de la aspiración de humo en lo inmediato tienen que ver fundamentalmente con el aparato respiratorio: se inflama la nariz, lo que produce síntomas de rinitis; se inflama la laringe, lo cual da una sensación de garganta seca y produce cuadros de tos y puede dar descompensación en los pacientes con asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”, explicó Daniel Buljubasich, médico neumonólogo.
Incendios forestales. Foto: Reuters.
El humo no solo se relaciona con problemas respiratorios, sino que también se asocia con problemas con el flujo sanguíneo al cerebro y con afecciones cardiovasculares. Además, hay indicios de que la contaminación atmosférica puede desencadenar ritmos cardíacos irregulares.
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