Esta especie fue hallada en los años 90 por un naturista y ornitólogo llamado Jack Dumbacher que las atrapó accidentalmente y descubrió lo que provocaba su veneno.
Por Canal26
Martes 27 de Mayo de 2025 - 16:00
Estas aves guardar el veneno en su piel, plumas, huesos y órganos internos. Foto: Freepik.
No es común que las aves sean venenosas, a diferencia de lo que sucede con reptiles, insectos u otros animales. Sin embargo, existe una excepción: el pitohui encapuchado (Pitohui dichrous), un ave endémica de Papúa Nueva Guinea, que fue confirmada científicamente como la primera y única especie de ave venenosa conocida en el mundo.
La historia de esta especie, que es de color naranja y negro (la cabeza es negra, lo que le valió el sobrenombre de encapuchado), comenzó en los años 90s, cuando Jack Dumbacher, naturista y ornitólogo, atrapó por accidente algunos ejemplares de pitohui encapuchado en una red.
Pitohui encapuchado, pájaro venenoso. Foto: Freepik.
En ese momento, cuando intentó liberarlos, los pájaros lo picaron y lo arañaron. Cuando intentó aliviar el dolor y se chupó las heridas, comenzó a notar que sus labios y su lengua se empezaron a adormecer y arder. Horas después, para confirmarlo, agarró una pluma de este pájaro y se la metió en la boca, y obtuvo los mismos efectos.
El naturista y ornitólogo encendió sus alertas y le consultó a los nativos de Nueva Guinea sobre esta especie. Lo llamaban "pájaro basura", por el olor apestoso que emanaba cuando lo cocinaban y lo comían como último recurso.
Única especie de ave venenosa conocida en el mundo. Foto: Freepik.
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En aquel momento, se realizaron análisis de laboratorio de toxinas y las muestras confirmaron que contenían batracotoxinas (BTX), un tipo de veneno que provoca entumecimiento, ardor e incluso parálisis y muerte en concentraciones elevadas.
Las investigaciones que realizaron después dieron como resultado que los pitohuis encapuchados guardaban estas toxinas en su piel, plumas, huesos y órganos internos.
Sin embargo, también explicaron que no producen su propio veneno, sino que son inmunes, ya que la teoría más aceptada es que se convierten luego de alimentarse de los escarabajos choresine, que también tienen esa toxina.
Pitohui encapuchado, especie de ave que se puede encontrar en Papúa Nueva Guinea. Foto: Freepik.
Sin embargo, Dumbacher, que en 2004 fue el primero en describir la presencia de batracotoxina tanto en aves como en insectos, no cree que los escarabajos sean los productores originales. “La mayor parte de la información sugiere que los escarabajos no pueden producir estos alcaloides esteroides”, explicó, y agregó otras alternativas, como ácaros del suelo o plantas que todavía no fueron identificadas.
Para dar con el origen de la toxina, investigadores liderados por el ecólogo Knud Jønsson y el biólogo Kasun Bodawatta buscan hacer comparaciones entre la dieta de estas aves tóxicas con el contenido estomacal de insectos que están en zonas cercanas. “Es como buscar una aguja en un pajar, pero ese es el primer paso que podemos dar”, expresó Jønsson a National Geographic.
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