Un análisis político de los retos climáticos defiende que la pedagogía "no basta"

Por Canal26

Sábado 7 de Junio de 2025 - 04:00

Pável Carballido García

Madrid, 7 jun (EFE).- "Todo el mundo entiende que el clima es un tema importante, ahora necesitamos otro tipo de intervención" porque la pedagogía climática "no basta", según el activista climático Xan López, que publica 'El fin de la paciencia' (Anagrama), ensayo donde plantea su análisis sobre cómo debería continuar la transición ecológica.

El coeditor de la revista Corriente Cálida, miembro del Instituto Meridiano de políticas climáticas y sociales y colaborador puntual de diversos medios de comunicación está convencido de que la cuestión "no va tanto de convencer al contrario, sino de tener la fuerza suficiente en distintos ámbitos de la sociedad como para forzar que las soluciones que queremos conseguir ocurran lo más rápido posible”, comenta.

Por ello, en su opinión el objetivo regulador de la política actual debería ser garantizar la viabilidad ecológica de la humanidad, igual que en tiempos de Maquiavelo lo fue crear estados fuertes y centralizados: un objetivo que “se puede alcanzar por vías no deseables”.

  López ve en la apuesta por la transición energética de China un buen ejemplo de cómo conciliar “el derecho de muchos países a desarrollarse social e industrialmente” con la necesidad de que este desarrollo “no nos condene como especie”, añade

Au así, no considera que la transición energética sea la única meta por alcanzar: “Por ejemplo, el problema de la agricultura y la ganadería no es tecnológico, sino social” y lo que se precisa es analizar e intervenir sobre “lo que producimos, lo que consumimos, sus objetivos, su distribución…”, manifiesta López.

Tiempos diferentes

La combinación de lo que considera una "crisis histórica de los partidos de masas" con otra de carácter geológico ambiental "debe llevar a la humanidad a repensar su actividad política y su concepción del tiempo como algo ilimitado", asegura el autor.

En su análisis, “nuestra civilización es una fuerza geológica que actúa a una velocidad que no es la del tiempo geológico, sino la del tiempo histórico” y, por eso, mientras que en otros momentos de la historia podía delegarse la construcción de un proyecto político en sucesivas generaciones, ahora "no es posible", porque la situación impone plazos de “10, 20 o 30 años para hacer transformaciones inéditas”.

El problema, defiende, es que los seres humanos "entendemos cómo funcionan las fuerzas que somos capaces de desencadenar, pero no sabemos conectar toda la cadena de causas y efectos”, señala, por lo que "casi siempre nos sorprenden las consecuencias de nuestros propios actos”, agrega.

Desde el punto de vista de los avances tecnológicos y económicos, López cree que no se puede ni se debe abandonar "lo ya progresado" pero tampoco confía en que solo con ellos se pueda evitar la crisis climática y apuesta por "buscar un equilibrio entre la humildad y las capacidades asombrosas de la civilización humana”.

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