La infalible regla de los 90 segundos: el método respaldado por la neurociencia para frenar discusiones

Para frenar una discusión a tiempo y evitar mayores problemas, no hace falta retirarse de la conversación, sino implementar un enfoque revolucionario desarrollado por la neurociencia, que propone una solución mucho más práctica: la regla de los 90 segundos.
Esta técnica fue hecha por la científica Jill Bolte Taylor, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, que demuestra cómo una pausa breve puede marcar la diferencia al momento de enfrentar enojo, tristeza, ansiedad o frustración, tanto en el ámbito personal como laboral o escolar.

Según Bolte Taylor, cuando una emoción se dispara, el cerebro libera una serie de hormonas y neurotransmisores que desencadenan reacciones físicas como pulso acelerado, respiración agitada o tensión muscular. Este pico fisiológico dura apenas un minuto y medio, y si durante ese tiempo evitamos alimentar el pensamiento agresivo, el cuerpo naturalmente tenderá a relajarse.
Los expertos que llevaron a cabo este método para estudiarlo expresaron que: “El verdadero desafío está en reconocer las señales corporales y no dejarse arrastrar por la emoción del momento”.
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Evitá discusiones: cómo aplicar correctamente la regla de los 90 segundos
Según explicó la neurociencia, la clave se encuentra en hacer una pausa consciente de 90 segundos antes de responder, para observar lo que ocurre en el cuerpo y permitir que la ola emocional se disipe sin actuar impulsivamente. En lugar de reaccionar de inmediato, se sugiere enfocar la atención en la respiración y evitar pensamientos repetitivos que intensifican el malestar.
Para los psicólogos, esta técnica resulta especialmente útil durante la infancia y la adolescencia, que es el momento donde los niños más necesitan contención e incluso un espacio seguro para que puedan expresar lo que sienten. En jóvenes, por otro lado, se sugiere cronometrar esos 90 segundos para visualizar el descenso emocional y fortalecer la autorregulación.

Para complementar esta práctica, los expertos recomiendan también realizar mindfulness, que potenciará su efecto, ya que reconoce emociones, ayuda a bajar los niveles de estrés y respirar profundamente, permitiendo mantener el foco en el presente, frenando los pensamientos intrusivos.
Cabe destacar que la regla de los 90 segundos no elimina la angustia y el enojo, sino que simplemente da una distancia prudencial para poder evitar que las discusiones escalen y la persona pueda volver a sí misma.