Alerta por agua contaminada con arsénico en Argentina: qué tipo de filtros sirven para eliminarlo
Con base en el Mapa de Arsénico realizado por el ITBA, más de 4 millones de argentinos sufren esta problemática, mientras que los municipios más afectados superan los 50 ppb (partes por billón), límite considerado no apto para el consumo.

Las alarmas sanitarias están encendidas por la presencia de arsénico en el agua de red y de pozo en varias provincias de la Argentina. Ante la preocupación de los usuarios por su aparición, la ciencia y la industria aclarar cuáles son los únicos filtros domésticos efectivos para eliminar este metaloide.
Con base en el Mapa de Arsénico realizado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), más de 4 millones de habitantes sufren esta problemática, mientras que los municipios más afectados superan los 50 ppb (partes por billón), límite considerado no apto para el consumo.

Los filtros de agua para combatir la contaminación por arsénico
Especialistas señalan que los purificadores tradicionales, que están basados únicamente en carbón activado granular, son altamente eficientes para eliminar cloro, pesticidas, malos olores y sabores, pero no son suficientes para retener el arsénico ni otros metales pesados.
En ese contexto, el sistema de filtración requiere de tecnologías especializadas, siendo los métodos más recomendados y utilizados en la industria:
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- Resina Selectiva (GEH o Metsorb): material de alta eficiencia a menudo basado en óxido de hierro, que actúa como una “esponja” selectiva para el arsénico. Marcas líderes en Argentina como PSA, DVIGI e Hidrolit utilizan esta tecnología, que garantiza la reducción de arsénico a niveles seguros.
- Ósmosis Inversa (OI): método de ultrafiltración más complejo, utilizado en algunas plantas de distribución y equipos domésticos de alta gama. Es capaz de eliminar hasta el 99,9% de los contaminantes.

La diferencia entre agua de red y de pozo
Ante esta situación, es fundamental distinguir la fuente del agua. Las empresas distribuidoras de agua de red (como AySA) aseguran que entregan un servicio que cumple con los estándares sanitarios y que el arsénico está por debajo del límite permitido por el Código Alimentario Argentino (0,0100 mg/l o 10 ppb).
El riesgo es mayor para quienes consumen agua de pozos o perforaciones particulares, ya que al no estar bajo control constante ni cumplir con los procesos de ósmosis inversa de las plantas, pueden registrar concentraciones muy elevadas del metaloide.
Los distintos niveles de alerta por arsénico en el agua
Desde el ITBA lanzaron un nuevo llamado para que la comunidad se sume a la iniciativa de recolección de muestras (a través de este formulario), ya que la participación ciudadana es crucial para mantener la información del mapa actualizada y precisa.
En ese contexto, cada muestra se clasifica con un color:
- Verde - Menor a 10 ppb: agua segura para consumir según los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
- Amarillo - 10 a 50 ppb: precaución. Se deben completar estudios para decidir si consumiendo agua con estos valores se aumenta la posibilidad de desarrollar cuadros de enfermedades como el HACRE.
- Rojo - Mayor a 50 ppb: no consumir para ingesta directa y cocción de alimentos. Reemplazar por otra fuente de agua segura.
Cabe señalar que el consumo elevado y sostenido en el tiempo de arsénico incrementa el riesgo de padecer un cuadro clínico tipificado como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), cuyo falta de tratamiento genera patologías graves como el cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica y/o persistente y fibrosis pulmonar.
Detalles sobre el Mapa de Arsénico del ITBA
El mapa fue actualizado recientemente, con una mejora en su interfaz y accesibilidad, gracias al trabajo de la alumna Lucía Digón de la carrera de Ingeniería Informática de la Universidad.
El Mapa de Arsénico, bajo la responsabilidad del Dr. Jorge Daniel Stripeikis, ofrece una visión detallada de la distribución de arsénico en reservorios de agua subterránea y superficial a lo largo de la Argentina. Desde su creación, ha sido una referencia crucial tanto para investigadores como para la población en general, proporcionando datos accesibles y confiables sobre un problema de salud pública de alta relevancia.
Actualmente, el proyecto cuenta con la colaboración del Dr. Jhon Alejandro Ávila, también docente del ITBA, quien como Responsable del Laboratorio de Ingeniería Química y Medio Ambiente (LIQMA) lleva a cabo todas las mediciones, su actualización y respectiva comunicación.



















