Ni un misil, ni un meteorito: ¿qué son las piezas de basura espacial como el bólido que sobrevoló España?

En la órbita terrestre baja se mueven desechos humanos llevados al espacio, entre otros, a gran velocidad.

Por Canal26

Domingo 31 de Marzo de 2024 - 13:41

Espacio, vía láctea. Foto: Unsplash. Espacio, vía láctea. Foto: Unsplash.

Parecía un misil y después un meteoro. Pero lo cierto, como marcó el Instituto de Ciencias del Espacio de España, es que el encendido y extraño objeto que cruzó el firmamento español era en realidad un conjunto de desechos de cohetes y satélites que se desplaza a gran velocidad en la órbita terrestre baja. 

La caída de chatarra espacial es un fenómeno bastante común y en 2023 por estas mismas fechas se vieron desde Sacramento, en Estados Unidos, unas rayas de luz que iluminaron repentinamente el cielo nocturno. Luego se supo que era uno de los millones de restos llameantes de equipos de comunicaciones retirados de la Estación Espacial Internacional dos años antes.

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En este sentido, la órbita terrestre baja es todo un depósito de basura espacial. La mayor parte viene de objetos creados por el ser humano, como pedazos de naves espaciales, pintura, partes de cohetes o satélites que ya no funcionan. También pueden ser explosiones de objetos en órbita que se mueven por el espacio a gran velocidad.

Según los últimos datos de la Agencia Europea del Espacio (ESA), alrededor de la Tierra hay unos 35.150 desechos catalogados, con 11.500 toneladas de peso, procedentes de 640 rupturas, estallidos, choques o sucesos anómalos que provocaron su fragmentación.

Fuentes de la ESA señalan, sin embargo, que "no toda la basura espacial está rastreada y catalogada": sus estimaciones indican la presencia de más de 131 millones de objetos de desechos espaciales de entre 1 milímetro y 10 centímetros sin utilidad orbitando a una media de 36.000 kilómetros por hora alrededor del planeta.

El bólido artificial que sobrevoló España. Foto: EFE. El bólido artificial que sobrevoló España. Foto: EFE.

La mayor parte de los desechos se mueven muy rápido y pueden llegar a velocidades de casi 29.000 kilómetros por hora, casi siete veces más rápido que una bala.

Eclipse solar anular desde Atlanta, Estados Unidos. Foto: EFE.

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Los riesgos de la basura espacial

Por la velocidad y la cantidad de basura, los profesionales coinciden en que la chatarra espacial es un peligro para la seguridad de las personas en el espacio y en la Tierra. El catedrático de la Universidad de Málaga (España) José Luis Torres advierte sobre estos riesgos: "Cualquier trozo mayor de un centímetro es potencialmente letal en caso de colisión con satélites operativos", de los que actualmente hay unos 6.000 en órbita.

Además, el investigador Hugh Lewis, experto en basura espacial de la Universidad de Southampton (Reino Unido), estimó que el problema de la chatarra espacial "se ha subestimado" y que la cantidad de basura en órbita podría multiplicarse por 50 de aquí a 2100 en base a las operaciones previstas.

De esta manera, al no tener una regulación expresa, más allá de un tratado internacional de las Naciones Unidas no vinculante, "la basura espacial un ejemplo de lo que se denomina fallo de mercado, porque al no existir derechos de propiedad nadie lo gestiona", señaló Torres.

Tripulantes de la nave rusa Soyuz MS-25 rumbo a la Estación Espacial Internacional. Foto: EFE. Tripulantes de la nave rusa Soyuz MS-25 rumbo a la Estación Espacial Internacional. Foto: EFE.

La atmósfera es un aliado útil para eliminar los desechos espaciales, ya que por debajo de los 480 kilómetros sobre la superficie la mayoría de los objetos se deshacen de forma natural en la espesa atmósfera inferior y se incineran en menos de 10 años. Sin embargo, por encima de los 100 kilómetros, donde la atmósfera es más fina, ocurre lo contrario y los desechos se pierden en el espacio.

Los expertos en basura espacial coinciden en que "no es responsabilidad de un solo país, sino de todos los países que navegan en el espacio", y en que su administración es tanto un reto internacional a resolver como una oportunidad de preservar el entorno espacial para futuras misiones de exploración. 

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