El Río de la Plata llora al Sabalero

El cantante y compositor uruguayo José Carbajal, conocido como "El Sabalero" y autor de clásicos rioplantenses como "Chiquillada" y "A mi gente", tenía 66 años y fue encontrado muerto ayer en su casa a unos 40 kilómetros al este de Montevideo. Un periodista compatriota el privilegio de hablar con el artista horas antes de su muerte y lo recuerca con emotivas palabras.

Según confirmó su representante Fernando Mino Carbajal fue encontrado en la mañana del jueves sin vida por su representante en su casa de Villa Argentina (40 km al este de Montevideo) y aún se desconocen las causas de su fallecimiento.
"La Policía Técnica estima que fue una muerte natural, que probablemente sufrió un infarto", señaló Mino.

El músico, que se hizo conocer en la ebullición del canto popular en la década de los sesenta, estaba en plena actividad: había comenzado la semana pasada un nuevo ciclo de espectáculos íntimos en la capital y preparaba una gira por el interior del país.

Nacido el 8 de diciembre de 1943 en Juan Lacaze (Colonia, suroeste), en 1967 viajó a Montevideo, donde comenzó a realizar presentaciones en peñas folclóricas.

Entre 1970 y 1973 vivió en Buenos Aires, pero con la llegada de la dictadura viajó a México, Francia y España, aunque finalmente se estableció en Holanda.

Carbajal volvió a Uruguay tras el regreso de la democracia en el país, en 1985, pero continuó desarrollando su vida y su música entre su país natal y el de adopción, donde viven su esposa y tres
de sus cinco hijos.

Con un estilo coloquial y a menudo acompañado solo con una guitarra, Carbajal creó canciones clásicas que describen la infancia, la nostalgia y la vida en su natal Juan Lacaze, como "Techos de zinc", "Pal abrojal", "Colmeneras", "Borracho pero con flores", "No te vayas nunca compañera" y "Angelitos", en más de 20 discos editados.

"Yo canto porque he escrito canciones. Si no hubiera sido autor, no hubiera sido nunca cantante", dijo recientemente Carbajal a la revista Galería de Búsqueda, en una entrevista publicada el 14 de octubre y en la que reveló una larga serie de proyectos pero también que no pensaba componer nuevas canciones.

"Canciones nuevas no hago más, ni haré nunca más. Ya escribí, ya está. Uno tiene que tener autocrítica", aseguró. "Cuando ya no tenés la sensibilidad para escribir esas cosas que te rompen el
corazón, o que te matan de alegría, o te morís de bronca, como puede ser Angelitos o Chiquillada, ya para qué escribir".

Pese a ser nostálgico en sus composiciones, aseguró ser "un cajón de proyectos" y estar "todo el tiempo yendo para adelante".

La muerte lo sorprendió en plena actividad, como parece haberlo anticipado con "La Muerte", compuesta en la década del 80 y con la que cerró una serie de espectáculos este año.

"Me enrosco en tus ancas fuertes / y en tus ternuras mi negra / me gusta vivir la vida / entregándome a la suerte / pa no tener tanto miedo / cuando me abrace la muerte".

"La muerte andaba rondando / quién sabe dónde andará / no me dejes alegría / no te vayas vida mía / que esta puta vieja y fría / nos tumba sin avisar".

LA ULTIMA LLAMADA ENTRE EL SABALERO Y UN PERIODISTA URUGUAYO

Por Juan José Norbis

Esta mañana como muchos uruguayos me desperté con la noticia de que había muerto El Sabalero.

La diferencia que me privilegia, es que anoche tarde, quizás poco antes que el infarto lo matara, hablé con él. Insignificante privilegio si se tiene en cuenta que en realidad atendí su llamado y anoté un mensaje, pero la calidez que desplegó en los minutos que dedicamos a ese simple trámite, me hizo sentir que me palmeaba la espalda y cuando me enteré que poco después murió, me dejó la extraña sensación de que brindó conmigo.

La llamada de El Sabalero llegó a la redacción en la noche, cuando apurábamos el cierre. Preguntó "¿quién habla allí?" y cuando respondí con mi nombre desplegó su inconfundible voz y como si en realidad me conociera, dijo"ah, Norbis, ¿cómo te va? habla El Sabalero. Tengo un mensaje en la contestadora de un periodista de O2. Me imagino que ya no hay nadie de Espectáculos pero no quería que piensen que no respondí". A mi turno empecé diciendo "Sabalero: es un honor saludarte" a lo que interrumpió brevemente diciendo "¡No jodás!" y se rió.

Continué indicándole que anotaba su llamado y que hoy jueves se comunicarían con él nuevamente. Agregó que estaría ensayando todo el día para su espectáculo "no desde muy temprano, ja ja, pero a la orden, que me vuelvan a llamar".

Después que cortamos me quedé pensando de mi: "¡qué cholulo haberle dicho que era un honor saludarlo, qué cholulo, ja ja!". Hoy cuando me enteré de su muerte recordé varias declaraciones públicas de El Sabalero que revelaban a un uruguayo sin complejos que proclamaba que de artista tenía poco, de cantante nada, que no vacilaba en reconocer sus excesos, cuestionarse por algunos de ellos, y que en unas elecciones municipales en Colonia no tuvo empacho en declarar que no iba a votar al Frente Amplio. Y concluí que no fue cholulo, fue un honor, cortito pero honor.