Conmovedor testimonio de la guardiacárcel que fue violada en el trágico motín de Córdoba

A un año de la revuelta, que dejó como saldo ocho muertos, una integrante del Servicio Penitenciario provincial que estuvo durante once horas como rehén rompe el silencio y cuenta el infierno que vivió.

Por Canal26

Lunes 6 de Febrero de 2006 - 00:00

 

Al cumplirse un año del violento motín en Córdoba, la única guardiacárcel mujer que estuvo en manos de los detenidos aquel día trágico no puede olvidar el infierno que le hicieron vivir los reclusos.

Ante la falta de personal masculino Patricia debió participar como refuerzo en la revuelta que se originó en el pabellón 5 y 6 de la Penitenciaria del barrio San Martín que albergaba a más de 1.700 internos condenados.

Aquel 10 de febrero de 2005, día de visitas, cientos de presos dominaron el establecimiento y tomaron a 36 guardias como rehenes entre ellos a la única mujer del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC), quien de acuerdo a su relato fue atrapada cuando uno de los máximos jefes del organismo le ordenó que abriera el portón para dejar salir a las visitas que habían quedado encerradas.


En declaraciones al diario La Voz del Interior de Córdoba la mujer dice que nunca debió abrirse la puerta y cuenta que las visitas salieron en una primera tanda pero después los reclusos empezaron a empujar dejándola del lado de adentro. Indignada relata que su jefe y otro suboficial que se encontraban a su lado corrieron y la dejaron dentro del pabellón entre los reclusos.

La mujer, que permaneció casi 11 horas cautiva, cuenta con lagrimas en los ojos: “Cuando me di vuelta, vi que tenía a 1.700 internos encima mío. Me doy el gusto de tumbar a trompadas a dos. Me agarran y vuelvo a tumbar a otro. Me aferro a un poste y me pegan de todos lados. Me sueltan el cinto, me bajan el pantalón y me levantan la remera hasta el cuello... Me pegan un palazo y me fracturan el tabique. Y me agarran y me vejan”, comenta Patricia. “Yo digo que fui vejada, pero no voy a contar qué me hicieron los presos. No sé cómo explicárselo a mis hijas”, remarca.

La guardiacárcel, que continúa trabajando en el S.P.C , asegura que sufrió una fuerte crisis nerviosa pero que ninguna autoridad se preocupó por su caso. El 19 de abril volvió a trabajar a Bouwer y tuvo que estar en contacto con reclusos que habían abusado de ella, varios de los cuales se burlaron. Hasta sus propios compañeros comenzaron a señalarla. Hoy, Patricia está destruida, con asistencia psiquiátrica y con serios conflictos familiares.

Según denuncia, incluso tiene serios problemas para costear los gastos médicos por las lesiones que sufrió. Por todo ello, quiere demandar al Gobierno provincial.