El psiquiatra expresó que "Barreda sigue pensando dieciocho años después"

¿Qué opina sobre las declaraciones hechas por Ricardo Barreda?

Esto viene sosteniendo los que sostenemos la postura de la demencia y locura de Barreda. Esto demuestra que no hay arrepentimiento. El está de alguna manera, tangencialmente, justificando lo que hizo sobre todo cuando habla de la suegra y la mujer.

¿Cree que el odontólogo está arrepentido por el crimen cometido?

Seguí todo el proceso y vi cuando un periodista en la salida del restaurante donde fue a cenar, le preguntaba si estaba arrepentido de lo realizado, y Barreda con un tono casi irónico le responde “pero por supuesto hombre”, de una manera casi bizarra. Con estos nuevos comentarios que hace y que va a seguir haciendo, con respecto al hecho en si tiene una especie de necesidad irrefrenable de manifestar, aunque sea muy elegantemente, sigue pensando dieciocho años después.

¿Cree que la suegra fue un elemento “disyuntor”?

Más que un elemento disyuntor fue de interrupción, es decir, que interrumpía la relaciones de la familia, osea de su mujer, sus hijas y él. No es la expresión de un hombre acongojado y abrumado por el hecho que convirtió hace dieciocho años y que, verdaderamente, está arrepentido.

¿Cómo cree que el caso Barreda impactó en la sociedad argentina?

Tuvo la extraña virtud de dividir a la sociedad en aquel momento entre los que lo justificaban y quienes los repudiaban. Dividió a los peritos: hubo un grupo que dijo que Barreda era un perverso había actuado con odio y hubo otro grupo que dijimos que él era un loco enajenado. Hizo lo mismo con el tribunal que lo juzgó. Es decir hubo dos votos por declararlo imputable y uno de la mujer inimputable. Finalmente, ahora vuelve a dividir a la sociedad entre aquellos que dicen que está bien que lo liberen y los que dicen que tiene que morirse en la cárcel.