Maru Botana: "La muerte de mi hijo es un recuerdo que nunca saco de mi cabeza"
Su vida, su amor, su pasión por la cocina, su familia, el dolor de perder a Facundo.
"Soy creyente, no me enojé con Dios", confiesa.
Una nota conmovedora con la cocinera y conductora más simpática de la tv.
Por Canal26
Jueves 14 de Abril de 2011 - 00:00
Seis motivos tiene Maru Botana para no dejarse caer después del duro golpe sufrido donde perdió a uno de sus hijos.
Nació como María José González Botana y se crió en el barrio porteño de Belgrano. Allí vivió 35 años. Hoy, vive en un country con su gran familia compuesta por su esposo Bernardo Solá y sus hijos Agustín, Lucía, Sofía, Matías, Santiago y Juan Ignacio.
“La decisión de vivir acá fue por el tema de tantos chicos y la ciudad y todo lo que te rodea te complica la educación de los chicos... y el hecho de ser una persona pública te complica el hecho de salir a la calle. Mi marido es gente de campo y el tema de la naturaleza y que los chicos puedan disfrutar, me empezó a tirar...”, afirma a Silvina Gualtieri, conductora del segmento “Con voz de mujer”, que se emite por Canal 26.
Entre sus confesiones, la cocina más simpática de la televisión contó que en su adolescencia tuvo muchos novios pero sus hermanos está siguiéndolos de cerca: “Fue re-complicado. Uno de mis hermanos perseguía a todos mis novios. Era re-noviera. Me ponía de novia, cortaba... tuve una etapa de adolescencia brava”.
Pero hace 15 años que está casada con Berni. “Lo conocía de toda la vida, vivíamos a una cuadra de diferencia... Nunca encontrás el príncipe azul, pero sí encontré a una persona con la que sentía similitudes, teníamos los mismos ideales”, dice sobre su esposo.
El secreto de seguir con el mismo hombre, dice, está en la propia naturaleza: “Hemos tenido etapas complicadas pero nos salva el campo”.
La pareja vive junto a sus seis hijos. Esta gran familia no fue premeditada, pero sí un sueño cumplido para ambos. “No fue decisión, fue natural. Siempre me gustó el tema de la familia, Susanita... pero nunca me imaginé tantos chicos”, afirma.
A la hora de pensar en seguir agrandando la familia, no lo duda: “Sí, tendría uno más, pero Berni no da más. Ya estamos”. Maru relata que “tengo embarazos lindos, hago deporte hasta último momento, no tengo panzas grandes. Y lo loco, que el más chiquitito de 4 años me decía 'yo quiero tener otro bebé'...”
Fue en septiembre de 2008 cuando su sexto hijo, Facundo -de sólo seis meses- falleció de muerte súbita. El pequeño estaba con su abuela, la mamá de la cocinera y conductora. Ellos vacacionaban en San Martín de los Andes. Un duro golpe para Maru y toda su familia.
“No es tan fácil, no creas que las heridas se cierran tan fácil. Es muy difícil, fue un cimbronazo enorme para nosotros. Se nos venía un muro arriba tanto para nosotros como pareja, como para los chicos. Berni tuvo un papel muy importante, sacó mucha fuerza para sostenernos a todos”, afirma hoy con profundo dolor.
“Los chicos lloraban, que lo extraño, estar sosteniéndolos, llorar con ellos. Y llegar a un punto donde decir 'no puedo llorar más con ellos' y tratar de guardar el llanto y llorar en la ducha, que también es complicado. Nunca fue tabú, siempre lo hablamos. Festejamos todas las fechas con alguna misa, estar juntos, irnos de viaje... lo vivimos”, agrega.
Aquel momento, fue difícil para todos: “Fue horrible porque vivíamos unos días lindos de familia, mamá estaba feliz con el gordo... llamé a casa dos veces. Eran las 11 de la noche, al rato volví a llamar... mi mamá me dijo 'está todo bien, gorda, quedate tranquila, mañana nos vemos'... 3 de la mañana llamé de nuevo... y fue espantoso, es un recuerdo que no me lo saco nunca de mi cabeza, sacamos a los chicos de la cama y ellos no preguntaron nada”.
A pesar del dolor, Maru no se enojó con Dios. “Soy creyente. No me enojé. Berni dice que para él fue la forma más linda de irse, que a Facu por ahí le iba a pasar algo... Cada uno se va agarrando de cosas. Sofí, que tenía tres añitos decía: 'Facu está a upa de ella'... Los chicos sufrieron mucho. Para los más grandes fue terrible”, asegura.
Hoy, ninguno de sus hijos se olvida de Facundo, siempre está presente en cada momento de sus vidas: “Los chicos lo tienen en su cabeza. Juegan a algo y como se llaman 'Facu'. Te dicen 'voy a tener tantos hijos y uno se va a llamar Facu'. Siempre sacan el tema. Me pidieron hacerse todos una medallita del Angel de la Guarda y el nombre de Facu atrás”.
En medio de tanto sufrimiento para los Solá, otro angelito iluminó sus vidas. En 2010, llegó Juan Ignacio, su séptimo hijo. “Juani fue una luz. Desde el momento que le dije que estaba embarazada fue maravilloso. Después fue pasar todo el embarazo y ver que todo estaba bien. Salía a la calle y escuchaba 'fuerza, Maru'...”, confiesa ella y asegura que todos tenían miedo por el pequeño.
A Maru le gusta vivir “la familia unita”. Lo disfruta, es feliz. No puede estar un segundo sin saber qué están haciendo sus hijos. No le gusta la soledad: “Siempre me gusta estar acompañada, la vida familiar. Me gustaría tener muchos nietos”, confiesa.
No se banca el silencio, no sabe por qué, pero le gusta el “bullicio”, el baruyo, “el ruido de casa”. En un futuro, se imagina “seguir con la cocina, bien, con una vida tranquila y tratando dar... me gustar dar”. Eso es lo que la mantiene en pie. Sabe que tiene seis razones para dar. Siete, en realidad, porque Berni siempre está presente en cada relato.