Blood of Blood, la precuela de Outlander, presentó a uno de los personajes más emblemáticos: la historia real de Rob Roy, el Robin Hood escocés

La primera temporada de Outlander: Blood of my Blood está llegando a su fin. En el último capítulo, el 9 de los 10 que componen la entrega, se presentó a uno de los personajes más emblemáticos de la historia de Escocia. Nuevamente, el universo que cuenta la historia de amor de Claire y Jamie Fraser vuelve a mezclar ficción y realidad para dar a conocer hombres extraordinarios.
La precuela, que muestra cómo se conocieron los papás de los protagonistas de Outlander, introdujo a Rob Roy, toda una celebridad en las Tierras Altas de Escocia durante los siglos XVIII y XIX. Así fue la vida y muerte del Robin Hood escocés.

Rob Roy, el hombre que robaba por una noble causa
Es sabido que Rob Roy existió, aunque hay debate sobre lo que su vida. Su nombre completo era Robert McGregor, un corpulento guerrero pelirrojo que con su kilt marcaba presencia. Fue por ese pelo que le empezaron a decir Roy, haciendo referencia al rojo y el Rob diminutivo de Robert.
Nació en las Highlands en la segunda mitad del siglo XVII y como se lo mostró en la serie, perteneció a uno de los clanes de las Tierras Altas más conflictivos de su época: el McGregor. Este clan actuaba como una mafia al ofrecer protección a los granjeros, asegurándoles que nadie robaría su ganado. Pero cuando no les pagaban, ellos mismos robaban sus vacas.
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Rob Roy cambió su modelo de negocio con el tiempo y se dedicó a la compra-venta de ganado. Su terreno estaba entre casas rivales como lo eran Montrose y Argyle. Fue así que vio una oportunidad para conseguir dinero extra y causó altercados entre ambos para conseguir beneficio propio.
Rob Roy entre dinero prestado y problemas con la ley
En un momento pidió un préstamo al duque de Montrose de nada menos que 1000 libras, pero la caída de precios en el mercado de ganado en 1712 hizo que perdiera gran parte de su capital. Así no tuvo otra opción que marchar hacia el norte sin haber saldado la deuda. Al volver sus tierras fueron embargadas y su familia desahuciada. A raíz de este hecho nació, podríamos decir, la leyenda: se convirtió en un ladrón de ganado, siendo su principal víctima su antiguo benefactor.

Pero los problemas para Rob no pararon porque también tenía cargos de bancarrota fraudulenta y traición a la corona. Combatió junto a los jacobitas que intentaron sin éxito poner a un Estuardo de vuelta en el trono, tema más que tratado en Outlander. Pero acá hay una polémica porque se dice que en realidad actuaba de doble agente, ya que llegó tarde al campo de batalla y se dedicó a saquear cadáveres en vez de luchar.

Un escritor anónimo publicó sobre su persona en 1723: “El renegado de las Highlands”. Lo suficiente para que se convirtiera en leyenda aun estando vivo y así fue que durante la última etapa de su vida se retiró a vivir cómodamente, estableciéndose en la aldea de Balquhidder donde murió el 28 de diciembre de 1734 en su casa de Inverlocharig Beg.
Su tumba aún se conserva, siendo la atracción del pequeño lugar. Está marcada con tres grandes piedras planas y con la característica de que siempre hay flores o recuerdos.