El juego que recrea las grandes batallas de la historia argentina está a la venta y busca rescatar el genio militar de Belgrano

Pedro Cascales, empresario industrial y subteniente de reserva, presentó el primero de una serie de juegos de estrategia militar que tienen la particularidad de haber sido desarrollados y fabricados íntegramente en la Argentina, recreando las grandes batallas de la historia de la nación.
La idea no solo es entretener a quienes son apasionados de este tipo de este pasatiempo, también se busca conocer más lo acontecido en la Guerra por la Independencia y reivindicar un lado desconocido de los próceres.

El primer juego de la serie
Titulado “La Batalla de Salta” reproduce con detalle táctico y realismo en escala el enfrentamiento del 20 de febrero de 1813, allí las tropas del general Manuel Belgrano obtuvieron una de las victorias más emblemáticas del Ejército del Norte.
El sitio Pucará reprodujo los dichos de Cascales, quien explicó cómo surgió la idea: “La idea surgió de mi pasión por la historia y por la estrategia militar. Quise crear una herramienta que acerque a los jóvenes y a las familias al conocimiento de nuestras raíces, a través del juego”.
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¿Por qué eligió el enfrentamiento de Salta? Porque, según sus palabras, “se conoce muy poco” al respecto, y esto finalmente derivó en hacer “un juego de guerra”. Participaron del proyecto Francisco “Pancho” Aráoz, que es el presidente de la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, y el ex comandante de la V Brigada de Montaña del Ejército Argentino, asentada en Salta, Mariano Castelli, con quienes analizaron archivos y mapas para diseñar el juego.
Este trabajo le llevó casi dos años y ya está a la venta a través de Mercado Libre.

La Batalla de Salta
Fue un enfrentamiento armado librado el 20 de febrero de 1813 en Campo Castañares, hoy zona norte de la ciudad de Salta, donde el Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano y de Eustoquio Díaz Vélez se llevaría una de las victorias más importantes. Luego del triunfo en Tucumán, el Ejército avanzó y, en una brillante estrategia, logró vencer nuevamente al ejército realista comandado por Pío Tristán. Esto permitió consolidar el control patriota en el norte y se reforzó el camino hacia la independencia.
En medio de una lluvia torrencial, Belgrano presentó oficialmente la bandera de su creación, que llevaba su ayudante Mariano Benítez. Fue la primera vez iba a flamear en el campo de batalla. Entre las decisiones que lo convirtieron en estratega está la de ordenarle a Manuel Dorrego llevarse por delante al enemigo, pero sin cruzarse con el fuego de la artillería patriota, quien lo apoyó en un arrollador avance que hizo desbandar el ala izquierda española. Totalmente en caos, huyeron hacia la ciudad, perseguidos por los cuerpos de Dragones y Decididos de Salta.

La rendición incondicional de los realistas garantizó el control del gobierno rioplatense sobre buena parte de los territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata, aseguró la región y permitió a los patriotas recuperar, provisoriamente, el control del Alto Perú.
Belgrano, en un gesto de grandeza, permitió que los vencidos se reintegraran a España o se sumaran a la causa patriota. Muchos eligieron luchar por la libertad.
















